5 de octubre | Devocional: Alza tus ojos | El servicio a Dios comienza en la tierra

Para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo. 1 Pedro 1:7.

Los que obran contra las leyes naturales del ser deben sufrir la pena de la transgresión. Pero el Salvador se apiada de nosotros, aun cuando sufrimos dolencias motivadas por nuestro propio curso de acción equivocado. En El tenemos un poder sanador. Alabemos al Señor por el árbol de vida, cuyas hojas son para sanidad de las naciones.

“Y no habrá más maldición”. En todas partes podemos ver las consecuencias de la maldición. Alabemos al Señor porque en la tierra nueva “no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán”. Apocalipsis 22:3. Algunos saben muy poco acerca del significado del verdadero servicio. Los cantantes que van a actuar en un espectáculo dedican tiempo para practicar, para familiarizarse con la música y la letra. Para que aprendamos a servir al Señor en el cielo, debemos participar en su servicio ahora, para ir conociéndolo y para aprender a ser fieles siervos. Nadie puede servir a otro si ejerce una influencia dominante sobre su mente. Cada persona debe aprender por su propia experiencia el significado de servir en el temor de Dios…

Es nuestro privilegio comprender la bendita Palabra de Dios. Hemos caído, es cierto, pero no permaneceremos siempre en el pecado. Se nos ha colocado en terreno ventajoso. El Señor Dios del cielo “de tal manera amó al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. Juan 3:16. ¡Qué preciosa esperanza tenemos en Cristo!…

Sobrevendrán tentaciones. Pero cuando Satanás arroja su sombra infernal ante nosotros, debemos atravesar por fe las tinieblas hacia la Luz de la vida; hacia el que no sólo creó al hombre, sino que lo redimió por su propia sangre. Somos propiedad estimada de Cristo. Con fe viva debemos colaborar con El en nuestra propia salvación. Quienes descansan en Cristo Jesús nunca están inquietos o ansiosos. Es totalmente sincero cuando nos invita a entregarle la custodia de nuestras almas, como a un fiel Creador.

Los que mantengan su fe firme hasta el fin saldrán del horno de prueba como oro fino siete veces purificado. Acerca de esta obra, el profeta Isaías declara: “Haré más precioso que el oro fino al varón, y más que el oro de Ofir al hombre”. Isaías 13:12. Cuando estén en dificultades, recuerden que la fe probada en el horno de la aflicción es más preciosa que el oro purificado en el fuego. Recuerden que hay uno que vela en todo momento, para ver cuando la última partícula de impureza es erradicada de su [291] carácter.—Manuscrito 110, del 5 de octubre de 1901, “La esperanza cristiana”.*

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DEVOCIONAL: ALZA TUS OJOS

Elena G. de White

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