3 de febrero 2022 | Devoción Matutina para Adolescentes 2022 | El primer papel moneda en el nuevo mundo

«No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el moho destruyen, y donde ladrones entran y hurtan» (Mateo 6:19, RV95).

¿Has oído alguna vez la expresión «no vale el papel en que está impreso»?
Significa que el papel no vale mucho. Y no hay duda de que el papel no vale mucho. Entonces, ¿por qué imprimir papel moneda si el papel no vale gran cosa? Buena pregunta. Evidentemente, la gente tiene fe en que el oro real está en algún banco en algún lugar respaldando el papel moneda que están haciendo.
El primer papel moneda del Nuevo Mundo se imprimió en la Colonia de Massachusetts el 3 de febrero de 1690. Había una guerra con Quebec, y la Colonia necesitaba dinero para pagar a los soldados que estaban luchando. La
Colonia de Massachusetts creó su propio banco, imprimiendo solo dos tipos de billetes: uno de dos chelines y otro de cinco libras. Por supuesto, se trataba de dinero británico, ya que las colonias americanas aún formaban parte del Imperio Británico en aquella época.
Se ha recorrido un largo camino desde que ese primer papel moneda salió de las prensas de Massachusetts. Hasta finales del siglo XIX, no se imprimía mucho papel moneda porque los bancos utilizaban monedas de oro y plata para realizar la mayoría de las transacciones comerciales. Pero ahora el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos en Washington D. C. imprime millones de dólares en papel moneda cada día, y la mayor parte ni siquiera tiene oro como respaldo. Sin duda, «no vale el papel en el que está impreso». Las denominaciones más comunes son $1, $5, $10, $20, $50 y $100. Sin embargo, en el pasado ha habido billetes de $500; $1,000; $5,000; $10,000 y $100,000 dólares. La mayor denominación de un billete de papel fue de $1,000,000 de dólares, pero se hizo solo como un truco.
¿Sabías que no eres realmente dueño del dinero que tienes en tu billetera ahora mismo, de los pesos que hay en tu cuenta de ahorros, ni siquiera de las monedas que tienes bajo los almohadones del sofá? Por mucho que hayas trabajado para ganarlos, todos son un regalo de Dios, un regalo para que lo administres para él. Confiar en estos objetos temporales que pueden oxidarse, quemarse, ser robados o evaporarse en la bolsa de valores no es una sabia estrategia de gestión financiera.
Indica que confías más en los tambaleantes mercados financieros humanos que en la sólida economía del Cielo. Dios ha prometido derramar innumerables bendiciones sobre ti por confiar en él como el verdadero Propietario, y sus promesas valen aún más que el papel en el que están impresas.

DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADOLESCENTES 2022



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