24 de diciembre 2022 | Devoción Matutina para Adolescentes 2022 | Una casa solar

«Pero para ustedes que temen mi nombre, se levantará el sol de justicia trayendo en sus rayos salud» (Malaquías 4:2, NVI).

El Sol, que se encuentra en el centro de nuestro sistema solar, es enorme.
Parece pequeño en el cielo, pero es porque está a 150 millones de kilómetros [93 millones de millas] de distancia. Piensa en conducir esa distancia en automóvil…
Si pudieras manejar a unos modestos 100 kilómetros por hora [60 mph], las veinticuatro horas del día, los 365 días del año, tardarías 176 años en llegar al Sol.
Comparada con el Sol, la Tierra es diminuta. Si el Sol fuera una pelota de baloncesto, la Tierra tendría el tamaño de la cabeza de un alfiler, ¡un simple puntito!
En proporción, la pelota de baloncesto y el alfiler estarían a unos 30 metros [100 pies] de distancia, aproximadamente un tercio de la longitud de un campo de fútbol. Y si estuvieras al lado de la pelota de baloncesto, necesitarías un telescopio para ver la Tierra del tamaño de una cabeza de alfiler.
La Tierra tiene un diámetro de aproximadamente 13,000 kilómetros [8,000 millas], mientras que el Sol mide aproximadamente 1.4 millones de kilómetros [865,000 millas]. Cien Tierras alineadas, una al lado de la otra, no abarcarían la anchura del Sol. Y se necesitaría un millón de Tierras para llenar el Sol.
El Sol es la mayor fuente de energía de nuestro sistema solar. Se calienta más allá de lo imaginable. Calienta nuestra Tierra y nuestra atmósfera, mantiene nuestras plantas verdes y nos ayuda a mantenernos sanos.
Una de las cosas más innovadoras para las que se ha utilizado el Sol es para calentar los hogares. El 24 de diciembre de 1948 se terminó de construir una casa que se calentaba totalmente con energía solar. Una familia de Dover, Massachusetts, se mudó a la casa en Nochebuena. ¡Qué regalo de Navidad! El calentador solar de esta casa estaba formado por paneles colectores, de chapa negra, detrás de cristales. Los paneles captaban el calor del sol y lo almacenaban a largo plazo en un depósito de calor lleno de un compuesto de sodio líquido. A medida que el calor salía del contenedor, unos ventiladores eléctricos lo expulsaban por las rejillas de ventilación de la casa.
El Sol es vital para nosotros en esta Tierra. No podemos vivir sin el Sol, y no podemos vivir sin Jesús. Su aliento de vida nos da energía para vivir, y su sacrificio en el Calvario nos ha comprado la vida eterna.
Mira a Jesús hoy y deja que la sanidad en sus alas te reviva espiritualmente.

DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADOLESCENTES 2022



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