21 de diciembre | Devocional: Una religión radiante | Una nueva tierra, sin pecado

«¡El desierto florecerá y la tierra seca dará fruto! Todo el mundo se alegrará. Entonces se abrirán los ojos de los ciegos y se destaparán los oídos de los sordos; los que no pueden andar saltarán como venados, y los que no pueden hablar gritarán de alegría. […] Y ellos entrarán en Jerusalén cantando con mucha alegría, y para siempre vivirán felices. Se acabarán el llanto y el dolor, y solo habrá alegría y felicidad». Isaías 35: 1-10, TLA

EN LA BIBLIA SE LLAMA A LA HERENCIA de los bienaventurados «una patria» (Heb. 11:14- 16). Allí conduce el divino Pastor a su rebaño a los manantiales de aguas vivas. El árbol de vida da su fruto cada mes, y las hojas del árbol son para la sanidad de las naciones. Allí hay corrientes que manan eternamente, claras como el cristal, al lado de las cuales se mecen las ramas de árboles que proyectan su sombra sobre los senderos preparados para los redimidos del Señor. Allí las vastas llanuras alternan con bellísimas colinas y las montañas de Dios elevan sus majestuosas cumbres. En aquellas pacíficas llanuras, al borde de aquellas corrientes vivas, es donde el pueblo de Dios que por tanto tiempo anduvo peregrino y errante, encontrará un hogar.— El conflicto de los siglos, cap. 43, p. 654.

«Ahora, el hogar de Dios está con los seres humanos y él vivirá con ellos. Serán su pueblo y Dios mismo estará con ellos como su Dios. El secará todas sus lágrimas, y ya no habrá muerte ni sufrimiento, ni llanto, ni dolor, porque el mundo que existía antes ya desapareció». Apocalipsis 21: 3-4, PDT

MI RELEXIÓN PERSONAL

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DEVOCIONAL: UNA RELIGIÓN RADIANTE

Reflexiones diarias para una vida cristiana feliz

Elena G. de White

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