Lunes 26 de diciembre 2022 | Devoción Matutina para Adolescentes 2022

DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADOLESCENTES 2022
UN SALTO EN EL TIEMPO
Un viaje por el pasado que cambiará tu futuro
Bradley Booth
Lecturas Devocionales para Adolescentes 2022

Un tsunami histórico

«Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque […] se traspasen los montes al corazón del mar; aunque bramen y se turben sus aguas» (Salmo 46:1-3, RV95).

¿Qué pensarías si un día estuvieras en la playa y de repente vieras que el lecho marino se seca mientras las olas se adentran en el mar a lo largo de miles de metros, o tal vez incluso de kilómetros? ¿Te asustarías? Eso es lo que le ocurrió a Tilly Smith, una chica británica que estaba de vacaciones en Tailandia con su familia el 26 de diciembre de 2004. Cuando vio ese fenómeno, recordó una clase en la que les había hablado la profesora sobre los tsunamis, y se dio cuenta de lo que estaba ocurriendo. Llamó a sus padres con premura, y les advirtió que un gigantesco maremoto estaba a punto de suceder, y que lo destruiría todo a su paso.
Y eso es exactamente lo que ocurrió. Pero gracias a su rapidez mental, Tilly y sus padres lograron ponerse a salvo, junto con otras cien personas que estaban en la playa. El tsunami fue el resultado de un terrible terremoto (9.3 en la escala de Richter), el segundo mayor de la historia. Se calcula que mató a unas 230,000 personas desde Somalia, en la costa oriental de África, hasta Sumatra, en el sudeste asiático, y dejó a más de un millón de personas sin hogar. Trágicamente, más de dos tercios de las víctimas fueron mujeres y niños.
La mayoría de los terremotos duran solo unos segundos, pero este duró casi 10 minutos, desencadenando más terremotos en lugares tan lejanos como Alaska.
De hecho, los geólogos dijeron que probablemente toda la superficie del planeta se movió al menos unos centímetros. El terremoto hizo que el lecho marino bajo el Océano Índico se elevara casi 3 metros [10 pies], forzando 29 kilómetros cúbicos [7 millas cúbicas] de agua a subir repentinamente. Esto creó una ola creciente de tsunami, de hasta 30 metros [100 pies] de alto, que se estrelló contra las costas de Somalia, Indonesia, Sumatra, Sri Lanka, el sur de la India y Tailandia.
Los terremotos en aguas profundas tienen menos efecto en el movimiento de las aguas oceánicas, pero cerca de las costas las plataformas continentales no pueden absorber las enormes cantidades de agua que se desplazan repentinamente tras el desastre. Personas de todo el mundo enviaron ayuda a los países afectados y devastados por el tsunami. Aun así, pasarán décadas antes de que las economías de la región se recuperen de los miles de millones en daños.
Dios nos invita a confiar en él en tiempos de desastres naturales. Puede que el océano esté hirviendo y que las montañas que nos rodean se muevan de su sitio, pero él sigue siendo nuestro refugio y ayuda.

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