8 de mayo 2021 | Devoción Matutina para Adultos 2021 | Invencible

“Cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: ‘Sorbida es la muerte en victoria’” (1 Corintios 15:54).

LAURA HILLENBRAND resumió la vida de Louis Zamperini (1917-2014), atleta estadounidense de origen italiano, en el libro Invencible: una historia de supervivencia, valor y resistencia durante la Segunda Guerra mundial. Hoy, el libro es un best seller.
Louis tuvo una infancia difícil. Apoyado por la familia, se dedicó a entrenar arduamente, dejó el alcohol y el tabaco. Así, comenzó a ganar carreras. En 1934 superó el récord escolar en una milla y logró una beca en la Universidad del Sur de California.
Compitió en los Juegos Olímpicos de Berlín 1936 en la modalidad de cinco mil metros, clasificando en octavo lugar, batió el récord de vuelta más rápida con 56 segundos. Era, con diecinueve años, el deportista olímpico estadounidense más joven.
Zamperini se alistó en el Cuerpo Aéreo del Ejército de Estados Unidos en 1941. Fue enviado a las islas del Pacifico como bombardero. En 1943 su avión se estrelló en el océano. Murieron ocho de los once tripulantes.
Los tres supervivientes (él, McNamara y Phillips), con poca comida y sin agua, subsistieron a base de agua de lluvia, peces y aves que comían crudos, mientras se defendían de los ataques constantes de tiburones y de tormentas. Fueron ametrallados varias veces por un bombardero japonés. McNamara murió después de 33 días en el mar.
Después de 47 días a la deriva, Zamperini y Phillips llegaron a las Islas Marshall, donde fueron capturados por los japoneses. Allí fueron hechos prisioneros y severamente golpeados y maltratados, hasta el final de la guerra en agosto de 1945.
Años más tarde, Zamperini aceptó a Cristo, se transformó en predicador y salió a buscar a sus torturadores para ofrecerles perdón, y muchos de ellos fueron convertidos. Falleció a los 97 años, en julio de 2014, en su casa de Los Ángeles, por una neumonía.
Una historia para imitar por su valor inquebrantable y su espíritu invencible. Un luchador que pudo contra todo: prejuicios, injusticia, bombardeos, naufragio, hambre, tiburones, maltratos, ametralladoras, torturas, cárcel y odio. Casi venció todo; finalmente, la neumonía pudo con él.

Pablo dice que cuando Jesús regrese, “esto corruptible”
se vestirá “de incorrupción, y esto mortal de inmortalidad”.
El aguijón que nos ha inyectado el veneno mortal será destruido.
El último sorbo del dolor será para terminar con el dolor.
Será la muerte de la muerte.
Desde allí seremos inquebrantables, invencibles e inmortales
¡para siempre!

DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADULTOS 2021



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