24 de abril 2022 | Devoción Matutina para Adolescentes 2022 | El primer jugador afroamericano de baloncesto

Cristo dio los siguientes dones a la iglesia; los apóstoles, los profetas, los evangelistas, y los pastores y maestros. Ellos tienen la responsabilidad de preparar al pueblo de Dios para que lleve a cabo la obra de Dios y edifique la iglesia, es decir, el cuerpo de Cristo. (Efesios 4: 11,12, NTV).

¿Puedes imaginarte el baloncesto profesional de hoy en día sin afroamericanos en la cancha? Imagina la NBA sin el histórico vuelo de Michael Jordán desde la línea de tiros libres hasta un espectacular mate. Imagínate ver los partidos sin las increíbles asistencias de Magic Johnson, los tiros en suspensión de Kobe Bryant o las espectaculares jugadas de LeBron James. Hoy en día, el 80% de los jugadores profesionales de baloncesto en los Estados Unidos son afroamericanos, y con razón. Han elevado el aspecto atlético del juego en varios niveles, y la NBA es, indefectiblemente, un mercado en deuda con ellos por el éxito que ha tenido.
Lamentablemente, durante años la discriminación racial mantuvo a los afroamericanos fuera de las canchas; pero en este día de 1950, Charles Henry Cooper se convirtió en el primer jugador afroamericano en romper la barrera racial y vestir la camiseta de un equipo profesional. Fichado por los Celtics de Boston, llegó a convertirse en un jugador estrella de este deporte. El dominio de los jugadores afroamericanos en la NBA no ha dejado de aumentar durante las últimas décadas. En 1994, de los 124 jugadores franquicia del deporte, 86 eran afroamericanos. Cuando la NBA nombró a sus 50 mejores jugadores de sus primeros 50 años, 31 eran afroamericanos. No es de extrañar que, en 2001, 34 de los 111 miembros del Salón de la Fama de la NBA fueran afroamericanos.
La presencia de afroamericanos en los equipos de la NBA ha tenido un impacto tan positivo en el juego que es difícil imaginar el deporte sin estas estrellas.
La presencia de jugadores cristianos también tiene un gran impacto positivo en el juego, no solo en los estadios profesionales, sino también en las canchas de la universidad, el colegio secundario y los patios de juegos. Cuando alguien te hace una falta fuerte, y resistes el impulso de empezar una pelea, los otros jugadores admirarán tu integridad dada por Dios. Cuando ayudas a un jugador contrario a levantarse del asfalto, estás mostrando la fuerza silenciosa de un campeón cristiano. Y cuando juegas permanentemente con la mentalidad de darle gloria a Dios, ¡eres un evangelista para él! Esperemos que nunca tengamos que imaginar el baloncesto sin la presencia de verdaderas estrellas cristianas.

DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADOLESCENTES 2022



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