19 de julio 2022 | Devoción Matutina para Damas 2022 | Hablar con exactitud

«Después de que el Señor terminó de hablar con Job, le dijo a Elifaz el temanita: “Estoy enojado contigo y con tus dos amigos, porque no hablaron con exactitud acerca de mí, como lo hizo mi siervo Job”» (Job 42:7, NTV).

Cuando su hijo de veintiún años falleció, Ann Weems se dedicó a escribir sus propios salmos de lamento para expresarle su dolor a Dios: «¿Cuán grande es la copa de lágrimas que debo beber? ¿Cuándo será suficiente? […] ¿Lloraré todos los días de mi vida? […] Oh, Dios, ¡encuéntrame! Estoy perdida en el valle del dolor y no logro encontrar la salida […] ¿Por qué me dejas sola en esta casa llena de recuerdos?».
¿Cómo te sientes al leer estas palabras? A muchas se nos enseñó que orar así es una herejía, que demuestra poca fe. Sin embargo, la Biblia defiende estas oraciones «descorteses» llenas de integridad emocional.
En medio de su terrible desgracia, Job dijo: «Aunque lo llamara y él me respondiera, no creo que me prestaría atención. Dios es quien me aplasta con una tormenta. Me hiere una y otra vez sin motivo alguno» (Job 9:16-17, PDT). Aunque Job estaba equivocado, pues era Satanás quien lo hería, Dios no se ofendió ni lo castigó por haber expresado sus sentimientos. De hecho, al final del libro, Dios dice que Job habló con exactitud acerca de él (ver Job 42:7-8, NTV). Esto no quiere decir que Job entendía perfectamente a Dios, o el misterio de la maldad, sino que hizo lo que debía hacer en una situación así. Job trajo sus lamentos, su dolor y su ira ante Dios, demostrando integridad emocional. Los amigos de Job, que lo acusaron de ser la causa de su propia desgracia y «defendían» el honor de Dios, debieron presentar sacrificios por haber hablado incorrectamente.
Reflexionando sobre la función curativa de los lamentos, Adam Young (cuyo artículo «Emotions in the Time of Coronavirus» ha servido de inspiración para este devocional de hoy) comenta: «Solo traemos nuestra ira a las personas con las que nos sentimos a salvo». Si tememos a una persona en un cargo de autoridad —un jefe, un padre o un esposo—, no nos atreveremos a expresarle nuestra ira por miedo a las represalias. Es cuando sabemos que alguien nos ama incondicionalmente que podemos comunicarle nuestra ira y dolor, y recibir sanidad.
Cuando usamos el lenguaje del lamento para transitar el dolor de la tragedia, honramos a Dios porque le confiamos la totalidad de nuestro corazón, no solo las partes políticamente correctas.

Señor, gracias porque puedo acercarme a ti con todas mis emociones, sin temor a represalias.

DEVOCIÓN MATUTINA PARA DAMAS 2022



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