18 de agosto | Devocional: Nuestra Elevada Vocación | El toque fragante de la cortesía

Y finalmente, sed todos de un mismo corazón, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables. 1 Pedro 3:8.

En nuestro trato con el prójimo debemos considerar que ellos tienen las mismas pasiones que nosotros, que sienten idénticas debilidades y sufren de iguales tentaciones. Ellos, como nosotros, tienen que luchar con la vida para mantener su integridad. … La verdadera cortesía cristiana une y perfecciona; la justicia y la cortesía, y la misericordia y el amor forman los sentimientos, dándole al carácter los toques más delicados y los encantos más agraciados. …
Abrahán era un verdadero caballero. En su vida tenemos el mejor ejemplo del poder de la verdadera cortesía. Consideremos su conducta con Lot. … ¡Con cuánta cortesía les dio la bienvenida a los viajeros, a los mensajeros de Dios, y los invitó a su tienda, y los hospedó! Se inclinó ante los hijos de Het cuando les compró una caverna para sepultar a su amada Sara. … Bien sabía Abrahán lo que el hombre debía darle a su semejante.
Pablo, aunque era firme como una roca en sus principios, sin embargo conservó su cortesía. No era … indiferente a la gracia y a la cortesía que deben manifestarse en la vida social. El hombre de Dios no absorbió al hombre de la humanidad.
Pero presentamos a uno más grande que Abrahán y Pablo: el Salvador del mundo. Su vida fué una asombrosa ilustración de cortesía divina. Es imposible enumerar los ejemplos de su bondad, cortesía y tierna simpatía y amor. ¡Qué rayos de suavidad y hermosura derramó su maravillosa condescendencia sobre toda su vida! Su mirada era bondadosa y su palabra era animadora para todos los que estaban cargados y cansados de trabajo. Estaba listo para ayudar al más desvalido.—Carta 25, 1870, pp. 7-9.
El amor, la cortesía, la amistad, nunca se pierden. Cuando los hombres sean cambiados de mortales a inmortales, se manifestarán todas las obras de santificada bondad realizadas por ellos. Estas obras se conservarán durante los siglos eternos. Ni una, aunque sea sencilla o pequeña, se perderá. Mediante los méritos de la justicia imputada de Cristo conservan su fragancia.—Carta 21, 1897, pp. 7, 8.

DEVOCIONAL: NUESTRA ELEVADA VOCACIÓN
Elena G. de White

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Devocional

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