17 de diciembre 2022 | Devoción Matutina para Adultos 2022 | El rostro de la gracia

«Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros seamos justicia de Dios en él». 2 Corintios 5:21

«EL ROSTRO DE LA GRACIA —escribe Keith Heinrich — es el mismo rostro del perdón. En otras palabras: “Ni yo te condeno; vete y no peques más» (Juan 8: 11).
Ese «rostro» lo vio Keith una mañana en la iglesia, en la sección de las madres. Ahí se encontraban dos madres disfrutando de sus bebés, mientras hablaban animadamente. Una de ellas enseñaba en el colegio adventista de la localidad; la otra era una joven estudiante que se acababa de graduar de la secundaria. Sus bebés habían nacido con apenas semanas de diferencia. El caso es que la joven había salido embarazada durante el año escolar, pero se pudo graduar. ¿Qué pasó ahí?
Cuenta el mismo Keith que, mientras observaba a las dos madres jugar con sus bebés, recordó sus días de estudiante en el colegio secundario. En esos días, que una alumna saliera embarazada durante el año escolar significaba una sola cosa: expulsión. Pero ahora, obviamente, algo inusual había sucedido. Cuando, en el mes de noviembre, el personal de la institución se dio cuenta del embarazo, las autoridades encargadas le permitieron a la joven completar el año escolar y graduarse con su clase.
La decisión, claramente, había «violado» el reglamento disciplinario; sin embargo, mientras Keith observaba a esta joven madre jugar con su bebé, no pudo evitar preguntarse qué habría sido de ella si se le hubiera aplicado la sanción reglamentaria. ¿Habría estado en la iglesia, ese sábado, criando a su bebé «en la disciplina y la instrucción del Señor» (Efe. 6: 4, RVC)?
La verdad sea dicha: cuando la gracia deja ver su rostro, como ocurrió en esa institución ese año escolar, algunos se asustan. «¿Adónde va a llegar la iglesia si ponemos a un lado las normas?», se preguntan.
Keith Heinrich responde: «La gracia nunca pone las normas a un lado; tampoco las manipula indebidamente, las modifica, o las rebaja. Más bien, haciendo honor a las normas, el Dios de toda gracia […] paga él mismo la pena cuando las quebrantamos, y nos da otra oportunidad de ser libres por él, y en él».
Cuenta Keith que ese sábado, en lugar de escuchar el sermón, lo vio en la felicidad de esas dos madres, y en la gracia de Dios, que es el rostro del perdón.
¿Cuál es, entonces, el «rostro» de la gracia? Es este: «Al que no cometió pecado alguno, por nosotros Dios lo trató como pecador, para que en él recibiéramos la justicia de Dios» (2 Cor. 5: 21, NVI). ¿Y cuál es su mensaje? «Ni yo te condeno; vete y no peques más».

Padre celestial, te alabo por tu gracia incomparable: que Cristo haya sido tratado como yo merecía, para que yo pudiera ser tratado como él merece.

DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADULTOS 2022



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