15 de diciembre 2020 | Devoción Matutina para Damas 2020 | A veces hay que alejarse

 

UN DÍA A LA VEZ

Lecturas Devocionales para Mujeres 2020

 

“El justo sirve de guía a su prójimo; más el camino de los impíos les hace errar» (Prov 12:26, RVR).

Era el mes de junio del año 2015 cuando recibí un mensaje de lo más inusual. Decía así:

-Hola, profe, soy un exalumno suyo de hace más de diecisiete años, que tenía necesidades especiales. Usted me dio clases de Estudios Sociales y Cívica. Me iba muy mal. ¿Se acuerda de mí?

Sí, me acordaba de él. Era un muchacho introvertido con un Leve retraso. Me pidió como contacto en Facebook y Whatsapp, y lo acepté, con el único propósito de ganarlo para Jesús. Nuestros primeros intercambios de mensajes fueron bonitos, hasta que llegó este:

—Profe, desde los quince años soy adicto a la pornografía. Me gasto todo lo que tengo en prostitutas. Cada día estoy con una mujer diferente. Me gustaría salir de esta adicción, pero no puedo.

Chateamos sobre el tema mucho tiempo y conseguí que un pastor fuera a visitarlo todos los domingos. Por mi parte, yo le enviaba mensajes con versículos bíblicos y consejos, deseando que pronto pudiera dejar atrás su adicción. Un día, sin embargo, me escribió:

—Yo lo que quiero es ser tu amigo pero para seguir pecando, porque me gusta mucho este pecado…

El mensaje no terminaba ahí, pero te puedes imaginar el resto. Sus palabras iban subiendo de tono. Con dolor en mi corazón, tuve que pedirle que se alejara de mí. Y entonces los mensajes se complicaron aún más. Me acusó de santurrona, de no querer juntarme con pecadores… A la vez que repetía: «Yo seguiré pecando deliberadamente, jajaja». Palabras grotescas y terribles que me llevaron a cortar por completo aquella comunicación absurda.

Yo tengo claro que nosotras, como cristianas, hemos de servir de guía a nuestro prójimo; eso es bíblico, eso es bueno y es un llamado elevado y noble. Pero en nuestra relación con quienes viven lejos de los principios y valores del evangelio, no podemos dejarnos confundir hasta tal punto que el camino de los impíos nos arrastre a nosotras también. La prioridad número uno es nuestra propia relación con Dios; eso es lo más sagrado. De nada serviría que, para guiar al prójimo, nosotras mismas cayéramos en las conductas de los impíos.

Dios nos inspira al servicio, pero siempre dentro del respeto y la obediencia a los valores del evangelio. Pidámosle que nos ayude a saber reconocer los peligros.

 

DEVOCIÓN MATUTINA PARA DAMAS 2020



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