11 de enero 2025 | Devoción Matutina para Damas 2025 | Por partida doble, ¡sí!

«Dios no es como los mortales: no miente ni cambia de opinión. Cuando él dice una cosa, la realiza. Cuando hace una promesa, la cumple» (Números 23:19)

Ella suplicaba al Dios eterno por un hijo, pero parecía que sus oraciones se esfumaban en la atmósfera antes de tocar el trono de Dios. ¿Te has sentido así en alguna ocasión?
Tras veinte años de matrimonio, Rebeca aún no veía la promesa cumplida.
Dios había prometido a Abraham que sería padre de multitudes y que su descendencia no se podría contar, pero a sus ciento sesenta años, era un anciano sin nietos que perpetuaran su nombre. Cuán a menudo nos dejamos llevar por el razonamiento infundado de que Dios no nos escucha o no cumple sus promesas. Hay multitud de corazones llenos de desesperanza por causa de sus deseos no cumplidos. Es en medio de esos pensamientos más oscuros cuando debemos clamar a Dios y entregarnos por completo a su voluntad, la cual siempre tiene como fin nuestro bien. Dios no se equivoca, y esto es algo que los seres humanos debemos aceptar aun cuando no obtengamos respuestas inmediatas a nuestras peticiones.
Un día, Isaac oró por su esposa, y el Señor aceptó su oración (ver Génesis 25:21). Ahora era el tiempo, y no antes. En el plan inequívoco de Dios estaba escrito que había llegado el momento de continuar con los hijos de la promesa.
Puedo imaginar la alegría de Rebeca al descubrirse embarazada. Los síntomas propios del embarazo se presentaron junto con dolores extraños. En aquel tiempo no existían los ultrasonidos, así que no podían saber de qué se trataba.
Tan mal debió de sentirse Rebeca, que deseaba la muerte, y fue a consultar al Señor, quien le hizo saber que, en su vientre, no había tan solo uno, sino dos bebés. ¡Vaya, qué gran noticia! Es el primer registro en la historia sobre un embarazo de gemelos. Nuevamente, Dios cumplió su promesa y, antes de morir, Abraham pudo disfrutar a sus dos nietos durante quince años.
En toda la historia de la humanidad, Dios nunca se ha equivocado y nunca lo hará. No sé cuánto llevas pidiendo por tu milagro. Quizás estás al borde de desistir, quizás tu fe está a punto de desvanecerse…; decide confiar en Dios a pesar de cualquier circunstancia. La buena noticia es que él no llega tarde.
Llega en el tiempo correcto y todo lo que dice se lleva a cabo.

Posdata: Feliz por su fidelidad.

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DEVOCIÓN MATUTINA PARA DAMAS 2025



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