1 de octubre 2023 | Devoción Matutina para Damas 2023 | Opciones

«Las mujeres salieron huyendo del sepulcro, temblando y asustadas. No dijeron nada a nadie porque tenían miedo». Marcos 16: 8, NBV

La palabra “ekstasis” aparece en la Biblia tres veces para describir una sorpresa repentina, tres veces para referirse a un estado de estupor indescriptible, y una vez para expresar un gran asombro. En este caso de Marcos 16: 8, donde en español leemos «asustadas», el griego original usa la palabra ekstasis. Eso fue lo que experimentaron las mujeres que salieron huyendo de la tumba de Jesús.
El éxtasis es una emoción repentina que transporta fuera de sí a la persona, hasta tal punto que queda absorta por causa de la situación que está atravesando. Es una mezcla de asombro, temor, novedad, sorpresa y alegría.
Ese fue el premio para las mujeres madrugadoras que fueron a la tumba de Jesús. ¿Habrían tenido ese honor si hubiesen dejado la visita a su Maestro para después? Quien pone a Dios en primer lugar nunca quedará de último.
Es interesante notar que después de tan grande gozo, por miedo decidieran irse en silencio; solo María Magdalena decidió quedarse un rato más. Jesús se le apareció, justo a ella, de quien había sacado siete demonios (Marcos 16:9). Premió su amor revelándose a quien había vendido cuanto poseía para comprar el perfume más costoso y ungir a su Maestro antes de su muerte. Ella, pensando que era el jardinero, le preguntó: «Dónde lo has puesto, y yo lo llevaré» (Juan 20:15). «Jesús le dijo: “¡María!”. Volviéndose ella, le dijo: “¡Raboni!” (que quiere decir, Maestro).
Jesús le dijo: “No me toques, porque aún no he subido a mi Padre; mas ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios”» (Juan 20: 16, 17).
Así María recibió la comisión de revelar la gran noticia. Corrió a avisar a los demás discípulos y los encontró «tristes y llorando» (Marcos 16: 10).
Estaban profundamente dolidos por la muerte de su Maestro, y se perdieron el gozo de la celebración inicial por su incredulidad: «No lo creyeron» (vers. 11). Cuando Jesús vivía, ellos habían creído en su propio concepto del Mesías y su misión, y cuando les anunciaron la resurrección, prefirieron creer que era una locura (Lucas 24: 11).
«¡Cuántos están haciendo todavía lo que hacían esos discípulos! ¡Cuántos repiten el desesperado clamor de María: “¡Han llevado al Señor… y no sabemos dónde lo han puesto!”. ¡A cuántos podrían dirigirse las palabras del Salvador!:
“¿Por qué lloras? ¿A quién buscas?”. Está al lado de ellos, pero sus ojos cegados por las lágrimas no lo ven. Les habla, pero no lo entienden» (DTG, cap. 82, p. 751). Tú tienes la más bella de las promesas: Jesús viene pronto. Elige reclamarla, en lugar de elegir sufrir. ¡Elige creer! ¡Elige la esperanza!

DEVOCIÓN MATUTINA PARA DAMAS 2023



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