Sábado 12 de diciembre 2020
Devoción Matutina para Jóvenes
Mary Slessor
Y a alguien más ese único Espíritu le da el don de sanidad. 1 Corintios 12:9.
Hace aproximadamente 150 años, una intrépida damita escocesa, Mary Slessor, era conocida a lo largo del río Calabar, en Nigeria, por sus dones de «sanidad”. Con los conocimientos obtenidos en los libros de medicina, y la valentía y la fe nacidas de una relación estrecha con el gran Médico, hacía maravillas y salvó a cientos de personas
Un día, el jefe de una tribu aguerrida que vivía en Okuri enfermó de gravedad. Sus esclavos y esposas ya estaban encadenados anticipando su muerte, listos para ser sacrificados en el momento que dejara de respirar.
-Traigan a la «Ma de Ekenege” blanca -le rogaba una de las esposas al principal de la tribu- Ella tiene poderes muy grandes.
-Iré contigo por la mañana -prometió Mary cuando el mensajero le explicó la situación.
-No -le recomendó Edem, jefe de los Ekenege-, Es un viaje de ocho horas. Los ríos se han desbordado por las lluvias y todos los senderos transitables están cubiertos de lodo. Si el jefe muere, te matarán.
-A pesar de todo, debo ir -dijo Mary.
Y se preparó para el viaje.
Llovía fuertemente aquella mañana cuando Mary emprendió su viaje al amanecer. Pronto sus zapatos se desbarataron por el agua y el barro. Siguió adelante descalza. Llegó esa tarde a Okuri empapada y cubierta de lodo. Rápidamente se dispuso a examinar al jefe.
-Siento como si todos mis huesos estuvieran ardiendo y el diablo me estuviera golpeando la cabeza -se quejaba el jefe.
Tenía una fiebre de 40 grados centígrados y su piel oscura adquirió un tono pálido.
Mary no tenía la menor idea de lo que le pasaba al jefe. Musitó una breve plegaria para que Dios la guiara, y abrió su maletín. Luego lo trató con una mezcla de aspirina y quinina, seguida de una dosis de bromuro. Permaneció con él toda esa noche hasta el día siguiente. Al atardecer, cedió la fiebre.
-Dios ha escuchado nuestras oraciones -les dijo a los nativos que aguardaban-. Su jefe vivirá.
Después de tres días regresó a su hogar, contenta de haber llevado el mensaje de sanidad y del amor de Dios a un alma moribunda.
DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2020
PERSIGUE TUS SUEÑOS Más allá de los obstáculos
Dorothy E. Watts
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