Miércoles 6 de octubre 2021 | Devoción Matutina para Adultos 2021
Cuida la doctrina
“Como te rogué que te quedaras en Éfeso cuando fui a Macedonia, para que mandaras a algunos que no enseñen diferente doctrina” (1 Timoteo 1:3).
EL MENSAJE, que ha de estar siempre por encima del mensajero, puede y debe ser adaptado a cada lugar y cultura. No obstante, debe ser guardado en su pureza original.
Por eso, Pablo le ordena a Timoteo que no enseñe una doctrina diferente, que no preste atención a fábulas o cuentos rabínicos, ni busque en las interminables genealogías para probar una descendencia de la familia de David (1 Tim. 1:4).
Somos salvos por su gracia para vivir en armonía con su voluntad. Este es el evangelio, y esta es la doctrina que hay que cuidar. El discipulado es relacional, sí; pero en primer lugar es relacional con el Señor y su doctrina. Seguir al Señor es seguir su doctrina. Por eso Martín Lutero aseguraba que cualquier enseñanza que no se ajuste a la Escritura debe ser desechada, aunque haga llover milagros todos los días.
Pablo fue imperativo usando expresiones como “te mando” (1 Tim. 6:13) o “te encarezco” (1 Tim. 5:21; 2 Tim. 4:1), para aleccionar a Timoteo. No solo para recordarle que era pastor de Éfeso, sino también combatiente de la hueste celestial. Timoteo tenía que mantener la verdadera doctrina, la sana palabra, y desestimar la falsa doctrina y la vana palabrería (1 Tim. 1:6).
En ese momento la falsa doctrina era una inadecuada interpretación de la ley de Dios. Pretendían sacar a la gente de la esclavitud del pecado para llevarlos a la esclavitud del legalismo. Una ley que, como ya hemos dicho, no tiene la función de salvar, sino de mostrarnos el pecado y llevarnos a Jesús. Somos salvos por gracia, que recibimos por fe, porque precisamente la ley mantiene íntegra su vigencia y su valor.
Las verdades bíblicas son el corazón del cristianismo. Si permitimos la entrada de falsas doctrinas distorsionamos el mensaje. Cuando respondemos de forma irreverente, blasfemamos; cuando publicamos una teoría controvertida que se opone a la verdad bíblica, nos hacemos herejes; y cuando renunciamos o abandonamos la fe, caemos en la apostasía. Si no nos oponemos a la falsa doctrina, la aprobamos; si no defendemos la verdad, la negamos.
La falsa doctrina puede disfrazarse
de tradición, de experiencia personal,
o de sentimientos y opiniones propias.
“Si las revelaciones privadas concuerdan
con las Escrituras, entonces resultan innecesarias.
Si no concuerdan, entonces son falsas” (John Owen).
Es así porque, en definitiva, “no es la iglesia
la que debe determinar lo que enseña la Escritura,
es la Escritura la que determina lo que enseña
la iglesia” (Martín Lutero).
DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADULTOS 2021
SU GRACIA ES SUFICIENTE
Pr. Bruno Raso
Lecturas devocionales para Adultos 2021
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