Miércoles 19 de marzo 2025 | Devoción Matutina para Damas 2025

DEVOCIÓN MATUTINA PARA DAMAS 2025 POSDATA: Más feliz en Cristo Sayli Guardado Lecturas Devocionales para Mujeres 2025

DEVOCIÓN MATUTINA PARA DAMAS 2025
POSDATA: Más feliz en Cristo
Sayli Guardado
Lecturas Devocionales para Mujeres 2025

Cuando estés perdida en el desierto

«En la tarde, al amanecer y al mediodía, oraré y clamaré a Dios, y él oirá mi voz» (Salmo 55: 17, RV95).

El hijo de Agar nació y, tal como el ángel había dicho que se llamaría, Abraham le puso por nombre Ismael, cuyo significado es: «A los que Dios ha oído». Durante trece años Agar estuvo segura de que su hijo sería el único heredero de toda la riqueza de Abraham, pero cuando el patriarca tenía cien años, Sara concibió y dio a luz a Isaac, el legítimo hijo de la promesa. Fue allí donde comenzaron los problemas, no solo entre las mujeres, sino entre los niños.
Ismael se burlaba de Isaac por ser el menor, y tal actitud molestaba en gran manera a Sara, quien un día ordenó que la esclava y su hijo fueran echados de su casa. Fue así como Agar salió de nuevo de la casa de sus señores al desierto con un poco de comida y un odre de agua. Génesis 21: 14 sugiere que Agar e Ismael se perdieron en el desierto y comenzaron a caminar sin rumbo, ya que menciona que anduvieron errantes, motivo por el cual el agua y la comida se les habían terminado. ¿Te has sentido alguna vez perdida en un desierto y sin provisiones? ¿Miraste a todos lados y no encontraste ayuda, y la solución era solo un espejismo?
Cuando el muchacho sintió que estaba solo y esperando la muerte, alzó su voz y lloró. De pronto, una voz desde el cielo le dijo a Agar: «¿Qué te pasa?
Dios ha oído la voz de tu hijo, no temas» (versículo 17). El nombre de Ismael cobraba ahora su verdadero significado: Dios los había oído y les recordaba la promesa que había hecho años atrás y que ella había olvidado. Cerca de aquel lugar brotaba un pozo de agua que no habían visto en un principio, pero al abrir Dios sus ojos, saciaron su sed.
¿Cuántas veces también hemos olvidado las promesas de Dios y sentimos que moriremos en el desierto de nuestra vida? No sé cuál sea tu desierto, pero hoy quiero decirte que no importa cuán perdida te sientas en la situación que estás viviendo, no importa cuán vacíos pienses que están tus recipientes de agua, clama al Señor. La buena noticia es que él oirá tu voz desde el cielo y hará que tus ojos sean abiertos. Entonces podrás ver las fuentes de aguas que darán solución a tu vida y saciarán tu alma sedienta.
¡No temas!

Posdata: Feliz porque Dios me escucha.

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