Miércoles 16 de septiembre 2020

Devoción Matutina para Damas 2020

DEVOCIÓN MATUTINA PARA DAMAS 2020 – Un día a la vez 2 – Portada libro

¿Dónde está tu tesoro?

 

UN DÍA A LA VEZ

Lecturas Devocionales para Mujeres 2020

 

«Haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el moho destruyen […] porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón» (Mat. 6:20,21, RVR 95).

Cuenta una parábola moderna que un hombre pobre depositaba fielmente cada semana y cada mes los diezmos y las ofrendas de los pocos ingresos que tenía, mientras que el hombre que se sentaba cada sábado a su lado en el banco de la iglesia tenía mucho dinero pero diezmaba la cantidad exacta y no daba ninguna ofrenda. Cuando los dos llegaron al cielo, un ángel llevó a cada uno de ellos a la casa que les había sido asignada. El hombre que había sido generoso en su vida terrenal entró a vivir a una impresionante mansión, mientras que el que había sido tacaño con sus recursos aquí en la tierra recibió una casita sencilla y nada llamativa.

—¿Cómo es posible que me hayan dado a mí está casa tan pequeña? —le preguntó al ángel.

—Porque el criterio para construir casas aquí en el cielo es la generosidad que haya tenido la persona cuando vivió en la tierra.

Esta introducción es un pretexto para presentar un tema de mucha importancia desde el punto de vista bíblico: nuestra fidelidad a Dios en la gestión de nuestros recursos.

Hay una «herencia incorruptible, incontaminada e inmarchitable, reservada en los cielos para nosotros» (1 Ped. 1:4,5, RVR) y el prospecto de esa heredad debe animarnos a ser generosas con nuestros recursos aquí, para que contribuyan a llevar a muchas otras personas a la salvación. Esa era la visión que tenían los primeros cristianos, y que deberíamos tener nosotras también.

Leemos en Hechos 2:44 al 47: «Todos los creyentes estaban muy unidos y compartían sus bienes entre sí; vendían sus propiedades y todo lo que tenían, y repartían el dinero según las necesidades de cada uno. Todos los días se reunían en el templo, y en las casas partían el pan y comían juntos con alegría y sencillez de corazón. Alababan a Dios y eran estimados por todos; y cada día el Señor hacía crecer la comunidad con el número de los que él iba llamando a la salvación». Sé que vivimos en otros tiempos completamente distintos, y que esto así exactamente no sería factible, pero es un llamado a ser generosas con nuestros recursos para el crecimiento de la obra de Dios. Donde está tu tesoro, está tu corazón.

DEVOCIÓN MATUTINA PARA DAMAS 2020

UN DÍA A LA VEZ

Patricia Muñoz Bertozzi

Lecturas Devocionales para Mujeres 2020



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