Martes 4 de agosto 2020

Devoción Matutina para Damas 2020

DEVOCIÓN MATUTINA PARA DAMAS 2020 – Un día a la vez 2 – Portada libro

Invoca su nombre

 

UN DÍA A LA VEZ

Lecturas Devocionales para Mujeres 2020

 

«Todos los que invoquen el nombre del Señor, alcanzarán la salvación» (Hech. 2:27).

 

María estaba urgida de una intervención quirúrgica. Su odontóloga Le había dicho que, para calmar el dolor que sentía, necesitaba una operación y un tratamiento inmediatos. El problema es que eran demasiado caros para ella. María salió de la consulta de la doctora pensando en el dinero que no tenía pero que necesitaba. ¿Cómo haría para conseguirlo? Tenía, sin embargo, algo a su favor que la ayudó a no desanimarse: conocía al Señor, al proveedor de todo, al único Dios creador y sustentador; su fe en él era inamovible. Así que, de inmediato, lo invocó para exponerle su necesidad.

María hizo lo mismo que el Salmista nos recomienda hacer en las Sagradas Escrituras: «Porque ha inclinado a mí su oído; por tanto, le invocaré en todos mis días» (Sal. 116:2, RVR). Sabemos que Dios nos escucha y, por lo tanto, tenemos no solo el derecho, sino la necesidad de invocarlo en todos nuestros días. ¿Qué es invocar? Así lo define el Diccionario de la lengua española: «Llamar en solicitud de ayuda de manera formal o ritual». Querida amiga, llámalo en tu momento de necesidad; pídele ayuda y confía en que la recibirás. Eso fue lo que hizo María, y Dios inclinó su oído a ella.

María, al igual que David, entendió aquel día que «el Señor está cerca de los que lo invocan, de los que lo invocan con sinceridad» (Sal. 145:18). Después de haberlo invocado con sinceridad en el momento de la prueba, María entró a un supermercado para comprar un único artículo que necesitaba. Justo cuando se disponía a pagar, su hija recibió una llamada telefónica: habían sido las ganadoras de un premio por una compra que habían hecho días atrás. ¡Con el dinero que recibió de ese premio, María solventó su situación! Así son las respuestas de Dios, sencillamente espectaculares y llenas de creatividad.

Y si nuestro Señor se toma el tiempo, la energía y el esfuerzo necesarios para salvarnos de nuestros apuros personales aquí en esta tierra, ¿cuánto más no hará para deleitarse en salvar y perdonar a los que invocan su nombre? «Porque tú, Señor, eres bueno y perdonas; eres todo amor con los que te invocan» (Sal. 86:5).

Si te acostumbras a invocar al Señor, el único y verdadero Dios, para que te ayude en todo cuanto haces, ¿qué te podría faltar? Verás cosas grandes aquí en esta tierra y recibirás la salvación.

DEVOCIÓN MATUTINA PARA DAMAS 2020

UN DÍA A LA VEZ

Patricia Muñoz Bertozzi

Lecturas Devocionales para Mujeres 2020



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