Martes 3 de noviembre 2020

Devoción Matutina para Damas 2020

DEVOCIÓN MATUTINA PARA DAMAS 2020 – Un día a la vez 2 – Portada libro

El poder que estás buscando

UN DÍA A LA VEZ

Lecturas Devocionales para Mujeres 2020

“Dedíquense a la oración: perseveren en ella con agradecimiento» (Col. 4:2, NVI).

 

El fresco aire de noviembre entraba por la puerta de mi cuarto. Me inspiraba el verdor de la naturaleza de los primeros días de ese mes. El sol, ya no tan abrasador como en los meses anteriores, se deslizaba entre los tejados de las casas contiguas. Qué inspirador espectáculo. Me asomé entonces a la ventana de mi jardín interior, ahí donde también brillan los rallos del Sol de justicia. Postrada de rodillas, por segunda vez, buscaba al Señor antes de comenzar mi rutina diaria. Sé muy bien que sin oración estoy totalmente perdida. Aquella mañana, como todas, mi mente y mi cuerpo obtuvieron fuerzas para acometer todo lo que tenía por delante.

Qué poderoso es ser consciente de que «el Señor está cerca de quienes lo invocan, de quienes lo invocan en verdad» (Sal. 145:18, NVI). Yo puedo sentirlo cada mañana, porque veo la diferencia entre la que soy antes y después de acudir a él en oración. Por eso, para mí, esa es mi primera tarea; y mi objetivo esta mañana es animarte a que lo sea también para ti.

Dice Elena de White: «Conságrate a Dios todas las mañanas; haz de esto tu primer trabajo. Sea tu oración: ‘¡Tómame, oh Señor, como enteramente tuyo! Pongo todos mis planes a tus pies. Úsame hoy en tu servicio. Mora conmigo, y sea toda mi obra hecha en ti’. Este es un asunto diario. Cada mañana conságrate a Dios por ese día. Somete todos tus planes a él, para realizarlos o abandonarlos según te lo indicare su Providencia. Así, día tras día, debes poner tu vida en las manos de Dios, y así tu vida será moldeada cada vez más a semejanza de la vida de Cristo. Una vida en Cristo es una vida de reposo. Puede no haber éxtasis de sentimientos, pero habrá una confianza permanente y apacible. Tu esperanza no está en ti; está en Cristo. Tu debilidad está unida a su fortaleza, tu ignorancia a su sabiduría, tu fragilidad a su poder eterno. De modo que no debes mirarte a ti mismo, ni dejar que la mente se espacie en el yo, sino mirar a Cristo» (El camino a Cristo, p. 60).

Querida amiga, el poder que estás buscando viene de Cristo y se accede a él cada día por medio de la oración. Por eso, haz de esto tu primera tarea.

DEVOCIÓN MATUTINA PARA DAMAS 2020

UN DÍA A LA VEZ

Patricia Muñoz Bertozzi

Lecturas Devocionales para Mujeres 2020



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