Martes 25 de noviembre 2025 | Devoción Matutina para Damas 2025

Si te llevas con ella no me llevo contigo

«Ellos se fueron y entraron en una aldea samaritana para prepararle todo, pero los de allí no lo recibieron porque se dieron cuenta de que su intención era ir a Jerusalén» (Lucas 9: 52-53, RVC).

Que samaritanos y judíos no se llevaban bien seguro que ya lo sabías. Pero ¿sabías que, una vez, los samaritanos les negaron el paso a los discípulos de Jesús porque se enteraron de que, después de estar en Samaria, iba a ir a Jerusalén?
Cierto día, Paula y Lupita tuvieron un conflicto y dejaron de hablarse. Ellas tenían en común una amiga llamada Griselda. Esta, que no sabía nada de los problemas de sus amigas, siguió tratándolas como de costumbre. En una ocasión, cuando se encontró con Paula, al momento de querer saludarla Griselda se dio cuenta de que ella la evadió. Intrigada, la enfrentó para saber el motivo del desplante. Era el mismo que el de los samaritanos. «Yo veo que te llevas bien con Lupita», dijo Paula; «y si te llevas con ella, no me llevo contigo».
Desquitarte con otro por los problemas que tienes con alguien es una manera poco cristiana de darles solución. En ocasiones pensamos que los demás nos deben lealtad y, por lo tanto, no deben relacionarse con aquellos que no nos agradan. No comprendemos que Dios nos ha hecho libres, y ese libre albedrío incluye nuestras relaciones. No podemos asumir el control sobre nuestros amigos y prohibirles tener contacto con las personas con quienes deseen relacionarse y al nivel que consideren que deban hacerlo. Eso es muy egoísta.
Una verdadera amiga nunca va a condicionar tu amistad ni a chantajearte con la relación. Tenemos que ser maduras ante estas situaciones y no dejarnos llevar por los impulsos, como hicieron los discípulos que habían sido rechazados por los samaritanos. Al sentirse ofendidos por una raza que consideraban inferior, inmediatamente quisieron hacer uso de su poder y propusieron hacer caer fuego del cielo para que consumiera a los samaritanos (ver Lucas 9: 54).
A veces, cuando una persona se siente ofendida, busca que su ofensor pague con creces el daño que le hizo. Pero es más sensato actuar con la bondad con que Jesús actuó en esta situación (lee Lucas 9: 55). Si has estado envuelta en una situación similar, te invito a seguir el ejemplo de Jesús, nuestro máximo ejemplo en relaciones interpersonales.

Posdata: Feliz con mis amigas.

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DEVOCIÓN MATUTINA PARA DAMAS 2025
POSDATA: Más feliz en Cristo
Sayli Guardado
Lecturas Devocionales para Mujeres 2025



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