Martes 24 de enero 2023 | Devoción Matutina para Menores 2023

DEVOCIÓN MATUTINA PARA MENORES 2023
SIGUIENDO LAS HUELLAS DE LOS GRANDES PERSONAJES DE LA BIBLIA
César Sánchez Murillo
Lecturas Devocionales para niños 2023

La esencia de la salvación

«Abram creyó al Señor, y por eso el Señor lo aceptó como justó» (Génesis 15: 6).

Una de las razones para que Abram estuviera dispuesto a dejar su tierra y emprender el viaje era la promesa de que sería padre. Sin embargo, conforme pasaba el tiempo, parecía casi imposible serlo.
Cuando Dios llamó a Abram tenía setenta y cinco años. Cuando leemos Génesis 15 ya habían pasado alrededor de cinco años más.
Por otra parte, su nombre era una contradicción; «Abram» significa «padre exaltado». Su mismo nombre le recordaba que todavía no tenía un hijo. Sin hijos, Abram nunca podría ser padre de una nación; por consiguiente, sería poco realista pensar que de su descendencia nacería el Mesías, es decir, Jesús.
Pero Dios quería confirmarle su promesa a Abram. Por lo tanto, lo llamó una noche sin nubes y le pidió que levantara su cabeza para que intentara contar las estrellas. ¡Una tarea imposible! Se estima que solo en nuestra galaxia existen más de cien mil millones de estrellas. Alrededor de treinta y cinco años después, Dios le pidió a Abram que mirara hacia abajo, a la arena que hay a la orilla del mar y le aseguró que así de numerosa sería su descendencia. Por lo tanto, ya sea que Abram mirara arriba o abajo, recordaría la promesa divina.
El versículo de hoy aparece tres veces en el Nuevo Testamento (lee Romanos 4: 3; Gálatas 3: 6; Santiago 2: 23) para destacar cómo podemos ser salvos. Pablo y Santiago nos enseñan que la salvación es un regalo de Dios que nosotros podemos aceptar o rechazar. Ese regalo se acepta por fe. La fe es la base de la amistad con Dios. Cuando creemos en la promesa divina somos declarados justos (perfectos) delante de Dios.
En nuestra relación de amistad con Dios, somos salvos gracias a que creemos en las promesas de Dios y no por lo que nosotros podamos prometerle.
Si dependiéramos de nuestras promesas cumplidas para ir al cielo, nunca lo lograríamos, pues no siempre las cumplimos. Por eso, es mejor creer en Dios, él siempre cumplirá su Palabra.

DEVOCIÓN MATUTINA PARA MENORES 2023
SIGUIENDO LAS HUELLAS DE LOS GRANDES PERSONAJES DE LA BIBLIA
César Sánchez Murillo
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