Lunes 31 de enero 2022 | Devoción Matutina para Damas 2022
DEVOCIÓN MATUTINA PARA DAMAS 2022
SIN MIEDOS NI CADENAS
Vanessa Pizzuta
Lecturas Devocionales para Mujeres 2022
Examíname
«Señálame cualquier cosa en mí que te ofenda y guíame por el camino de la vida eterna» (Sal. 139:24, NTV).
Un amigo me dijo: «Siento culpa todo el tiempo. Ando con culpa siempre, como en piloto automático». No me hablaba de sentir remordimiento o arrepentimiento por un error o pecado cometido, sino de vivir permanentemente bajo un estado de condenación interna, con una sensación de continuo ataque por parte de una conciencia hiperactiva. No cabe duda de que el verdadero arrepentimiento nos libera; la culpa falsa, por otro lado, es una celda, y aunque tiene la puerta abierta, no salimos porque creemos merecer estar allí.
En The Guilt Book [El libro de la culpa], el psicólogo cristiano Rob Waller escribe: «Muy pocas veces he encontrado una correlación entre la gravedad de sus pecados reales y el estado debilitante de sus conciencias. De hecho, pareciera que aquellos que luchan más con la culpa a menudo son los que menos razones tienen para sentirse culpables». La culpa falsa hace que pidamos perdón por el mismo pecado setecientas veces, o que nos sintamos responsables de cosas que están fuera de nuestro control. Nos roba la identidad de hijas de Dios (o la suspende hasta que seamos «mejores»). Nos aleja de Dios y nos llena de preocupación y miedo. Básicamente, lo que estoy diciendo es que la culpa falsa es un enemigo de Dios. ¡Debemos combatirla con todas nuestras fuerzas, que vienen de Dios!
Sentirse culpable no es lo mismo que ser culpable. Aunque a veces los sentimientos de culpa y la culpabilidad se superponen, no siempre sucede así. Podemos sentirnos culpables porque alguien nos manipula, o porque tenemos expectativas poco realistas en cuanto a nuestra capacidad como madres o profesionales («Yo nunca debería…», «Yo siempre tengo que…»).
Cuando te sientas arrasada por un alud de culpa, acércate a Dios y pídele que te examine: «Señálame cualquier cosa en mí que te ofenda y guíame por el camino de la vida eterna» (Sal. 139: 24, NTV). Tenemos miedo de orar así porque creemos que, como respuesta, recibiremos un juicio condenatorio; pero es una mentira del enemigo. Si realmente hay culpa en nosotras, Dios nos perdonará y absolverá; si no la hay, Dios nos guiará por el camino de la vida eterna y nos liberará del peso de una culpa innecesaria. (Si no logras distinguir la voz de Dios, puedes hablar con un cristiano maduro que viva en la gracia y pueda ayudarte a comprender si la culpa que sientes tiene fundamento.)
Examina mi corazón, Señor. Libérame de sentimientos
de culpa infundados que se interponen entre tú y yo.
DEVOCIÓN MATUTINA PARA DAMAS 2022
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Vanessa Pizzuta
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