Lunes 26 de diciembre 2022 | Devoción Matutina para Menores 2022
¡Gracias por la invitación!
«Jesús volvió a hablarles en parábolas, y les dijo: «El reino de los cielos es como un rey que preparó un banquete de bodas para su hijo. Mandó a sus siervos que llamaran a los invitados, pero estos se negaron a asistir al banquete»». Mateo 22: 1-3, NVI
Cuando nuestra única hijita cumplió dos años, decidimos hacer su primera fiesta de cumpleaños con sus amiguitos. No teníamos mucho presupuesto, así que pensamos hacer algo sencillo. Pero por más simple o pequeña que planeamos hacer la celebración, requirió dinero y mucha preparación: realizar las compras y las decoraciones, planificar juegos y preparar materiales. Acondicionamos el lugar y decidimos servir un rico refrigerio. Hicimos la lista de los invitados, y diseñamos y entregamos las invitaciones una por una.
En ese tiempo vivíamos cerca de nuestra familia y ellos fueron de gran ayuda. El abuelo preparó e instaló los columpios, la abuela hizo el diseño y la distribución de los juegos, las tías inflaron los globos y ayudaron con el refrigerio. Un tío trajo la vela especial de cumpleaños y las primas hicieron la decoración y tomaron fotos. Aun con toda esa ayuda, cuando terminó la fiestita pensé: «Haré la próxima en cinco años», para poder reponerme. Pero todo valió la pena, mi pequeña estaba contenta y la gente que asistió se fue muy agradecida.
Después de tanta preparación, ¿qué hubiese pasado si nadie hubiera venido a la fiesta?
Jesús contó una vez la historia de un rey que preparó una gran fiesta para celebrar el matrimonio de su único hijo. Esta sería la celebración más grande y costosa. Sería un honor ser invitado. Se repartieron las invitaciones y llegó el día de la fiesta. La música sonaba perfecta, la decoración estaba hermosa y la comida era exquisita. Pero ¿dónde estaban los invitados? El rey se puso nervioso y envió a sus siervos a buscarlos. ¡No te lo vas a creer! Los invitados pusieron excusas sin sentido para no asistir. Cuando los siervos llegaron con esa noticia, el rey se molestó mucho. Mandó a sus siervos que salieran a las calles e invitaran a todos los que pasaran a que vinieran a la celebración del matrimonio de su hijo. Ellos hicieron exactamente lo que el rey les dijo y la Biblia dice que el salón se llenó.
Dios está preparando una gran fiesta en el cielo y su Hijo Jesús espera que asistas. No pongas excusas, sé agradecido a Dios por todo lo que hace por ti y dile: «¡Gracias, mi Rey, por la invitación! Ahí estaré».
Magaly
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