Jueves 5 de mayo 2022 | Devoción Matutina para Damas 2022
Jugando a ser dioses
«“¡No morirán!”, respondió la serpiente a la mujer. “Dios sabe que, en cuanto coman del fruto, se les abrirán los ojos y serán como Dios, con el conocimiento del bien y del mal”» (Gén. 3:4-5, NTV).
Aunque ya no estamos en el Edén, la tentación es la misma: jugar a ser dioses. Deseamos tener más control y poder del que poseemos o podemos manejar. Pero este es un juego muy peligroso, que nos cuesta la paz y la vida.
La incertidumbre es un regalo camuflado de tragedia, por eso nos cuesta verlo como el regalo que verdaderamente es. La incertidumbre es una flecha que apunta a las áreas de nuestro corazón que aún debemos rendirle a Dios. Si no podemos relajarnos a menos que sepamos qué nos deparará el mañana, estamos jugando a ser Dios. Pero, puesto que no somos omniscientes, nuestra paz no puede depender de que lo sepamos todo, o de lo contrario nunca tendremos paz. Cuando tratamos de controlar cada aspecto de nuestras vidas, no por ser organizadas sino para enmascarar nuestro miedo, estamos jugando a ser Dios. No somos omnipotentes, por lo que nuestra paz no puede depender de que lo controlemos todo o, de lo contrario, nunca tendremos paz.
La paz de Dios tiene reglas que desafían el sentido común: ganamos al rendirnos. Al cederle el control a Dios, ganamos territorio en nuestra mente y en nuestro corazón. Jesús dijo: «Les dejo un regalo: paz en la mente y en el corazón. Y la paz que yo doy es un regalo que el mundo no puede dar. Así que no se angustien ni tengan miedo» (Juan 14: 27, NTV).
La única certeza que necesitamos para tener paz es el amor de Dios. Para relajarnos y soltar las riendas, debemos aprender a confiar plenamente en ese amor. El proceso lleva tiempo. Sin embargo, Dios no se enoja ni se decepciona con nosotras cuando nos cuesta confiar. Él nos sigue llamando, tiernamente, paso a paso, a una libertad más plena. ¡A una vida más plena!
Dios desea que dejemos de malgastar nuestra energía emocional, preocupándonos por el futuro, y en cambio nos rindamos en sus brazos, confiadamente. Así podremos saborear el presente.
Señor, tú eres Dios y yo no. No puedo —ni necesito— saber o controlar todo
para tener paz. Renuncio a esta mentira y acepto la verdad que trae libertad:
tú me amas y eres digno de confianza.
DEVOCIÓN MATUTINA PARA DAMAS 2022
SIN MIEDOS NI CADENAS
Vanessa Pizzuta
Lecturas Devocionales para Mujeres 2022
- 20 de septiembre 2024 | Devoción Matutina para Adultos 2024 | El Dios de las cuentas claras
- 20 de septiembre 2024 | Devoción Matutina para Jóvenes 2024 | ¿Canasta chica o canasta grande?
- 20 de septiembre 2024 | Devoción Matutina para Damas 2024 | Sin maquillaje
- 20 de septiembre 2024 | Devoción Matutina para Adolescentes 2024 | Feliz de verdad
- 20 de septiembre 2024 | Devoción Matutina para Menores 2024 | Moscas desagradables
(2069)