Jueves 15 de octubre 2020

Devoción Matutina para Damas 2020

DEVOCIÓN MATUTINA PARA DAMAS 2020 – Un día a la vez 2 – Portada libro

Avivar el fuego

 

UN DÍA A LA VEZ

Lecturas Devocionales para Mujeres 2020

 

«Por eso te recomiendo que avives el fuego del don que Dios te dio cuando te impuse las manos» (2 Tim. 1:6).

 

Cuando mi hija tenía siete años, hubo un día en el que no podía parar de llorar. Fue una experiencia peculiar y, entre sus muchas exclamaciones, decía que ella era pecadora y que necesitaba urgentemente la intervención de Dios. Levantaba los brazos como quien deseaba recibir una unción especial. Yo, que la estaba observando, me sentí profundamente conmovida, y no dudé ni por un instante de que era obra del Espíritu Santo. Lo supe porque él es el único que nos convence de pecado (ver Juan 16:7,8).

Aquella vivencia con mi hija me recordó la de Carlos Finney (1792-1875).

Finney era un abogado estadounidense que había crecido en un hogar no cristiano. Leyendo libros de derecho descubrió que hacían muchas referencias a la Biblia, y decidió comprarse una para leerla. Esa lectura atenta y detenida de la Biblia lo llevó a una experiencia personal con Cristo. Cuenta él en su autobiografía que, en una ocasión, sintió que el peso de sus pecados era inmenso, y que por eso Dios lo había abandonado. Quiso ponerse en ese momento de rodillas para orar al Señor, pero le dio vergüenza que alguien lo viera. Fue ese hecho de sentir vergüenza lo que supuso un despertar espiritual para él, pues pensó: «Vaya, un pecador como yo se avergüenza de que otro pecador como yo me vea de rodillas orando a Dios para reconciliarse con él». Entonces prometió a Dios que, si se convertía, predicaría el evangelio.

La paz que sintió fue tremenda y cumplió con su promesa. Carlos Finney decía dos cosas muy sencillas, pero atinadas: 1) el secreto del reavivamiento se encuentra en la oración; 2) el único que posee libre albedrío para buscar un reavivamiento eres tú mismo. Por eso, querida amiga, aviva el fuego, pídele a Dios que te perdone, que te convierta a él cada día, que te use, que te permita ser un instrumento en sus manos.

Jesús dijo: «Yo he venido a prender fuego en el mundo; y ¡cómo quisiera que ya estuviera ardiendo!» (Luc. 12:49). Vino a traer ese tipo de fuego que nos lleva a una conversión profunda, a una purificación del corazón, a un compromiso con su Palabra. Él quiere que vivamos de tal manera que no sea fría ni tibia, sino llena del calor de su amor y de la obra de su Espíritu en el corazón.

DEVOCIÓN MATUTINA PARA DAMAS 2020

UN DÍA A LA VEZ

Patricia Muñoz Bertozzi

Lecturas Devocionales para Mujeres 2020



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