Jueves 1 de diciembre 2022 | Devoción Matutina para Damas 2022

DEVOCIÓN MATUTINA PARA DAMAS 2022
SIN MIEDOS NI CADENAS
Vanessa Pizzuta
Lecturas Devocionales para Mujeres 2022

Envía a otra

«¿Quién forma la boca de una persona? ¿Quién decide que una persona hable o no hable, que oiga o no oiga, que vea o no vea? ¿Acaso no soy yo, el Señor?» (Éxo. 4:11, NTV).

Hace ya casi dos años, tuve la oportunidad de comenzar a trabajar para la Radio Adventista de Londres. Al principio, francamente, estaba paralizada de miedo. Aunque hablo inglés con fluidez, tengo acento extranjero. Yo estaba convencida de que la gente odiaría mi voz y mi programa de radio. Durante varios meses, me costó tomar la decisión, porque pensaba que yo no era la persona adecuada. Finalmente, después de llorar y orar mucho, acepté el trabajo y comenzó un nuevo capítulo de mi vida.
Dios llamó a Moisés, pero él, convencido de que no era la persona indicada para ese trabajo, respondió: «Oh Señor, no tengo facilidad de palabra; nunca la tuve, ni siquiera ahora que tú me has hablado. Se me traba la lengua y se me enredan las palabras» (Éxo. 4:10, NTV). ¡Cuántas veces nos miramos a nosotras mismas y pensamos que no somos capaces, ni aun cuando Dios mismo nos llama! Vemos todo con ojos humanos y le rogamos a Dios: «Por favor, envía a otra mujer más capaz que yo».
Pero Dios no necesita a mujeres ni a hombres perfectos; él necesita a personas dispuestas. Cuando comencé a recibir comentarios de los oyentes de la radio entendí, en parte, por qué Dios me había llamado a mí. Londres es una ciudad cosmopolita, con muchísimos extranjeros de todas partes del mundo. Para ellos, mi acento es familiar e inclusive más fácil de entender que el acento inglés nativo. Lo que pensé que me descalificaría para servir, Dios lo está usando para su gloria. Mi voz imperfecta es más poderosa que mi silencio perfecto.
La autora Eleonore van Haaften, en Vivir en libertad, describe el crecimiento de Moisés con las siguientes palabras: «En los primeros cuarenta años de su vida (en la casa de su familia y después en la corte del faraón) aprendió a ser alguien; en los siguientes cuarenta años en el desierto, desde su huida hacia Madián hasta su llamamiento por Dios, aprendió a ser nadie; y en los cuarenta años desde la salida del pueblo de Egipto hasta su muerte, aprendió quién era Dios».
Cuando el miedo trate de robarte tu futuro, pídele a Dios que, por medio de tus inseguridades, te muestre quién es él.

Señor, tú nunca rechazas a los que se acercan a ti, por más débiles que sean. Heme aquí; envíame a mí.

DEVOCIÓN MATUTINA PARA DAMAS 2022
SIN MIEDOS NI CADENAS
Vanessa Pizzuta
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