Domingo 8 de noviembre 2020

Devoción Matutina para Damas 2020

DEVOCIÓN MATUTINA PARA DAMAS 2020 – Un día a la vez 2 – Portada libro

Movidas por su Espíritu

UN DÍA A LA VEZ

Lecturas Devocionales para Mujeres 2020

 

«Guiado por el Espíritu Santo, Simeón fue al templo» (Luc.2:27)

En una fresca mañana, una amiga mía ya entrada en años, mujer de oración y de fe, salió a pasear un rato por un residencial cercano, tal como era su costumbre. Dejó el auto aparcado y comenzó a ejercitar las piernas. Mientras disfrutaba del tibio sol mañanero avanzaba, sin saberlo, hacia una obra en construcción. Allí, un grupo de trabajadores levantaban una hermosa casa.

-Que Dios los ayude para que les quede bien esa casa —les dijo mi amiga. —Gracias, señora —le respondió uno de los albañiles muy amablemente. Ella continuó su objetivo de ejercitarse al aire fresco y finalmente decidió volver a casa. Subió al auto y arrancó pero, en seguida, algo en su interior le dijo: «Tengo que volver para orar con ellos, quizá alguno esté necesitando mis oraciones». Pero, inmediatamente, otra voz en su interior pareció decirle: «¿Por qué orar con un grupo de hombres a los que ni siquiera conoces?» Había avanzado un kilómetro cuando decidió dar la vuelta.

—Hola de nuevo, quiero orar con ustedes —les dijo.

—¡Claro, señora! —respondió uno de los hombres—. Toda oración es bienvenida. ¡Muchachos, vengan!

De inmediato, todos formaron un círculo para orar.

Aquella fue una experiencia muy bonita para mi amiga, que tiene la costumbre de dejarse guiar por el Espíritu Santo. Y a ti, ¿qué te mueve a actuar? ¿Haces caso a esa voz que te indica cada día la necesidad de arrodillarte para orar al Señor? ¿Obedeces ese impulso espiritual de orar por los demás? ¿Es una prioridad en tu vida llevar la salvación a las personas con las que te relacionas?

«Al procurar ganar a otros para Cristo, llevando la preocupación por las almas en nuestras oraciones, nuestros propios corazones palpitarán bajo la vivificante influencia de la gracia de Dios; nuestros propios afectos resplandecerán con más divino fervor; nuestra vida cristiana será más real, más ferviente, más llena de oración. […] Cuando muera el yo, se despertará un deseo intenso por la salvación de otros, un deseo que llevará a esfuerzos perseverantes para el bien. Se sembrará junto a todas las aguas ¡y súplicas fervientes, oraciones importunas, entrarán al cielo a favor de las almas que perecen» (Lo oración, pp. 246,247). Amén.

DEVOCIÓN MATUTINA PARA DAMAS 2020

UN DÍA A LA VEZ

Patricia Muñoz Bertozzi

Lecturas Devocionales para Mujeres 2020



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