8 de noviembre 2025 | Devoción Matutina para Jóvenes 2025 | BTC

«Almacena tus tesoros en el cielo, donde las polillas y el óxido no pueden destruir, y los ladrones no entran a robar». Mateo 6: 20, NTV

Si eres un fiel seguidor de las criptomonedas, de seguro reconociste de inmediato el título de la reflexión de hoy. BTC es la abreviatura más común en el mercado para el bitcoin, aunque también se usa el símbolo «₿».
El bitcoin fue creado en 2008 por Satoshi Nakamoto (un seudónimo) y empezó a circular como moneda en 2009. En sus inicios, un bitcoin costaba un centavo de dólar y a finales de 2010 había subido a la astronómica cifra de ¡tres centavos de dólar! Pero para noviembre de 2021 un bitcoin, de los veintiún millones que existen en el mundo, costaba ¡64,000 dólares!
El aumento en el precio de esta criptomoneda llevó a muchos a invertir todo su dinero en Bitcoin, solo para presenciar cómo la moneda se desplomaba a 16,000 dólares, perdiendo así un 75% de su valor y evaporando miles de millones de dólares. Aunque no te preocupes, mientras escribo estas líneas a principios de 2024, el valor ha vuelto a subir a unos 56,000 dólares.
La montaña rusa del bitcoin ilustra cómo en el siglo XXI exhibimos las mismas conductas de siempre, aunque con activos más sofisticados. Hace dos mil años las personas enterraban sus lingotes de oro y telas preciosas por miedo a que los ladrones las hurtaran. Hoy seguimos teniendo miedo, pero escondemos nuestros centavos en una billetera digital. ¿Será que no existe una mejor opción?
En el Evangelio de Mateo, Jesús de Nazaret presenta una propuesta radical: Almacenar nuestros tesoros en el cielo. Mediante esta declaración Cristo enseña dos grandes lecciones. En primer lugar, los verdaderos tesoros no son de índole material. La pureza de carácter, la obediencia a los mandamientos de Dios y los actos de bondad valen más que todos los bitcoins en existencia.
En segundo lugar, aunque el dinero aquí y ahora es necesario y muy útil, nuestros ojos han de fijarse en el cielo, «donde está Cristo sentado a la derecha de Dios» (Colosenses 3: 1, NVI). Porque «donde esté tu tesoro, allí estarán también los deseos de tu corazón» (Mateo 6: 21).
Al comenzar un nuevo día, ¿dónde colocarás tus tesoros? ¿Dónde colocarás los deseos de tu corazón? Solo hay dos opciones. Una es incierta, la otra es segura. En una puedes perderlo todo, en la otra hay ganancias eternas. La decisión es tuya.
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DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2025



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