17 de septiembre 2025 | Devoción Matutina para Damas 2025 | Se tuerce el privilegio

«A los cuales, reunidos con los obreros del mismo oficio, dijo: «Sabéis que de este oficio obtenemos nuestra riqueza»» (Hechos 19: 25).

Al propagarse por Europa la noticia de que en América había una tierra donde cada uno disfrutaba del producto de su trabajo y podía ser fiel a las convicciones de su conciencia, miles de personas decidieron emigrar al Nuevo Mundo. Las colonias crecieron y se convirtieron en estados poderosos. La Biblia era considerada como fuente de sabiduría, y era enseñada en escuelas, hogares e iglesias. Poner la Biblia como base de la fe pronto dio sus frutos. La armonía que se vivía en aquel lugar era sin igual. No había borrachos, mendigos ni personas lanzando blasfemias.
Todo marchaba maravillosamente en paz, hasta que un grupo creciente de personas comenzaron a llegar por los motivos equivocados. Movidos por la avaricia y la esperanza de obtener ventajas terrenales, se unieron a la iglesia sin estar realmente convertidos, ya que era requisito para poder tener voz, voto y trabajo en el gobierno de las colonias. Así habían conservado la paz los primeros colonos, pero ahora ese principio estaba corrompiendo la iglesia.
Muchos se sumaron a ella sin haber experimentado el poder regenerador del Espíritu Santo. Esto es un recordatorio de que iglesia y Estado no pueden ir de la mano.
En el tiempo de los apóstoles también existieron personas que usaban su religión como trampolín para obtener ventajas financieras. Tal es el caso de Demetrio, que ganaba mucho dinero haciendo templos para Diana (ver Hechos 19: 24). Otro caso lo encontramos en Simón, que estaba dispuesto a pagar una elevada suma de dinero con tal de que él también tuviera el poder de otorgar el Espíritu Santo (ver Hechos 8: 18). Motivos equivocados.
En la actualidad encontramos corazones que firman su voto bautismal con la expectativa de recibir algún beneficio. Retribuciones terrenales tales como una despensa, un cargo, ayudas económicas o descuentos en escuelas de iglesia son razones equivocadas para entrar a formar parte de una congregación. Lo único válido ante Dios para formar parte de la familia cristiana es la transformación obrada por el Espíritu Santo en nuestro interior.
Querida amiga, si estás pensando unirte a las filas del Señor, hazlo por los motivos correctos. Si ya eres parte de ellas, quédate por los motivos correctos. La buena noticia es que hoy el Espíritu Santo puede quitar de nuestro corazón los motivos equivocados, si se lo pedimos.

Posdata: Feliz por los motivos correctos.

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DEVOCIÓN MATUTINA PARA DAMAS 2025



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