9 de septiembre 2021 | Devoción Matutina para Adultos 2021 | Grafito o diamante
“Vosotros vinisteis a ser imitadores nuestros y del Señor, recibiendo la palabra en medio de gran tribulación, con el gozo que da el Espíritu Santo” (1 Tesalonicenses 1:6).
LOS TESALONICENSES recibieron de muy buen grado el mensaje de salvación; lo recibieron y asumieron plenamente. Se habían hecho cristianos en medio de una gran oposición. Aceptar a Cristo demanda valor y entrega. El costo es muy alto; muchas veces, la vida misma. Pero esa gran tribulación es ampliamente superada por el gozo de la entrega. La persecución resulta en bendición, ya que refina y fortalece los vínculos de comunión con el Señor y entre los hermanos.
En nuestros días sigue sin ser fácil ser un cristiano cabal. Vivimos y convivimos en una sociedad de pecado, egoísmo y maldad, que suele traernos tribulaciones. Las preguntas más comunes que nos hacemos son “¿Por qué Dios permitió que me pasara esto?” o “¿Por qué a los buenos les pasan cosas malas?”
El reino mineral tiene muchos misterios. Uno de ellos es la comparación de dos rocas que están compuestas únicamente por carbono y, sin embargo, son totalmente distintas en apariencia y dureza.
El grafito está clasificado con una dureza en la escala de Mohs de entre 1 y 2, siendo uno de los minerales más blandos. Por su parte, el diamante está clasificado con dureza 10, la más alta que existe en la naturaleza. Pero ambos no son más que carbono.
¿Qué los hace diferentes?
El grafito es blando, quebradizo, gris y semiopaco. Es muy útil, lo usamos para nuestros lápices, sin embargo, debe mezclarse con arcilla para que pueda utilizarse como mina de un lápiz. Se formó a temperaturas no muy elevadas y con baja presión, lo que hace que los enlaces entre los átomos de carbono sean débiles.
El diamante es la roca más preciada, tiene el brillo más hermoso y ningún otro mineral pueda rayarla. No nació en un lecho de rosas, se formó en las profundidades de la tierra, a altísimas temperaturas y bajo una gran presión. Esto hace que sus átomos de carbono se entrelacen de forma tal que le dan esa dureza, brillo y transparencia.
Nosotros somos aquel carbono derivado en un gris,
opaco y quebradizo grafito. Pero, por la gracia de Dios
y las tribulaciones que enfrentamos por causa de nuestra fe,
transforman nuestro carbono en diamante. Así, somos hechos
fuertes, resistentes y agradables.
El Señor nos representa en el cielo
para que nosotros seamos en la tierra
sus fieles y gozosos representantes.
DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADULTOS 2021
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