9 de octubre | Ser Semejante a Jesús | Elena G. de White | La reforma pro salud y el mensaje del tercer ángel están íntimamente unidos
El que da alimento a todo ser viviente, porque para siempre es su misericordia. Alabad al Dios de los cielos, porque para siempre es su misericordia. Salmos 136:25, 26.
El Señor, en su providencia, ha dado luz con respecto al establecimiento de sanatorios donde puedan ser tratados los enfermos con principios higiénicos. Debe enseñarse a la gente a depender de los remedios del Señor: aire puro, agua pura, alimentos sencillos y saludables.
Cada esfuerzo realizado en beneficio de la salud física y moral de la gente debería estar basado en principios morales. Los defensores de la reforma que están trabajando con la gloria de Dios en vista, colocarán firmemente sus pies sobre los principios de higiene; adoptarán una práctica correcta. La gente necesita conocimiento verdadero. Por sus hábitos incorrectos de vida, hombres y mujeres de esta generación están trayendo sobre sí mismos incontable sufrimiento.
Los médicos tienen una obra que hacer para efectuar una reforma educando a la gente para que pueda entender las leyes que gobiernan su vida física. Deberían saber cómo comer con propiedad, cómo trabajar inteligentemente, cómo vestir de una manera saludable, y debería enseñárseles a poner todos sus hábitos en armonía con las leyes de la vida y la salud, y a desechar las drogas. Hay una gran obra para hacer. Si se ponen por obra los principios de la reforma pro salud, la obra estará verdaderamente tan íntimamente unida a la del mensaje del tercer ángel, como la mano al cuerpo.
¿Por qué hay tanto desacuerdo? ¿Por qué hay tanta acción independiente, tanta ambición egoísta en este gran campo misionero? Dios es deshonrado. Debe haber una acción unida y concentrada. Esto es tan necesario en la obra del médico como en cualquier otra rama de la obra de preparación para el gran día de Dios…
Enseñen a las personas cómo prevenir la enfermedad. Díganles que dejen de rebelarse contra las leyes de la naturaleza, y, quitando cada obstáculo, denle una oportunidad para que desplieguen sus mejores esfuerzos para corregir las cosas. La naturaleza debe tener una oportunidad justa para emplear sus agencias curativas.
Debemos hacer los esfuerzos más fervorosos para alcanzar una plataforma más elevada con respecto a los métodos de tratar a los enfermos. Si prevalece la luz que Dios ha dado, si la verdad triunfa sobre el error, se darán pasos de avanzada en la reforma pro salud. Esto es lo que debe hacerse.—Manuscript Releases, 177, 178.
DEVOCIONAL: SER SEMEJANTE A JESÚS
Elena G. de White
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