8 de febrero 2025 | Devoción Matutina para Jóvenes 2025 | El Dios de la laguna

«Por la palabra del Señor fueron hechos los cielos, por el soplo de su boca, todos los astros […]. Pues él habló, y todo fue hecho; él ordenó, y todo quedó firme». Salmos 33: 6, 9

En una entrevista, al astrofísico Neil deGrasse Tyson se le preguntó sobre la relación entre Dios y la ciencia. En su respuesta, expresó que a medida que la ciencia avanza y proporciona explicaciones sobre la naturaleza, nuestra dependencia de Dios tiende a disminuir. Además, señaló que en épocas antiguas, las personas recurrían a los dioses para explicar fenómenos atmosféricos y astronómicos que no comprendían. «Como hoy la ciencia puede explicar estos fenómenos, ya no necesitamos a Dios», concluyó Tyson.
Es probable que conozcas a más de una persona, quizás un amigo o un profesor universitario, que comparta una perspectiva similar sobre Dios: considerarlo como una explicación temporal hasta que la ciencia logre comprenderlo todo. Sin embargo, el problema con definir a Dios de esta manera es que conduce inevitablemente a un conflicto entre Dios y la ciencia, forzándonos a tomar decisiones entre uno u otro.
Comentando esta falsa dicotomía, el matemático británico John Lennox señala que «el Dios de la Biblia no es el Dios de la laguna». Acto seguido preguntó:
«Cuando abrimos la Biblia, ¿qué dicen las primeras palabras? ¿»En el principio creó Dios los rincones del universo que todavía no entendemos»? ¡Claro que no! Dios creó «los cielos y la tierra», es decir, lo creó todo: las partes del universo que entendemos y también las que no entendemos».
Así como, al adquirir más conocimiento sobre arte, mi admiración por una pintura de Velásquez no disminuye, sino que crece, y al conocer más sobre ingeniería y arquitectura, mi admiración por el Burj Khalifa aumenta, en lugar de disminuir; de manera similar, al profundizar en mi comprensión del universo, debería aumentar mi admiración por el Dios que lo creó, y no disminuir. Louis Pasteur expresó en su autobiografía que «un poco de ciencia nos aparta de Dios. Mucha nos acerca a él».
Por lo tanto, en este día y siempre, nuestros corazones deberían resonar con el canto que se entona en el cielo: «Tú eres digno, Señor y Dios nuestro, de recibir la gloria, el honor y el poder, porque tú has creado todas las cosas; por tu voluntad existen y han sido creadas» (Apocalipsis 4: 11).

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DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2025



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