6 de noviembre 2020 | Devoción Matutina para Damas 2020 | Mis propios errores
UN DÍA A LA VEZ
Lecturas Devocionales para Mujeres 2020
«¿Quién se da cuenta de sus propios errores? ¡Perdona, Señor, mis faltas ocultas!» (Sal. 19:12).
Hace unos años, mi esposo y yo conocimos a un joven que estudiaba en La misma universidad que nosotros. Un día, dominado por el enojo y la frustración, este joven golpeó a su esposa hasta matarla. Lo único que se Le ocurrió hacer en aquel momento de ofuscación fue ocultar su pecado: escondió el cadáver de la víctima debajo de Las tablas de madera del piso. Con el paso de los días, se fue sintiendo cada vez más seguro de que su pecado había pasado desapercibido, hasta que, finalmente, la policía descubrió el cuerpo, ya descompuesto, de aquella mujer que había sido su esposa. Su pecado fue descubierto, «porque no hay nada oculto que no haya de ser manifestado; ni escondido, que no haya de salir a luz» (Mar. 4:22, RVR). Por ese asesinato, el joven pasó muchos años en prisión. Con seguridad, en todos esos años de cárcel entendió que lo oculto, antes o después, sale a la luz.
Si bien podemos esconder, con un poco de esfuerzo, algunos de nuestros pecados para que las personas con las que nos relacionamos no se den cuenta de ellos, es difícil que nos podamos engañar a nosotras mismas. Conocemos bien nuestra propia manera de pensar y de actuar, y tenemos el discernimiento para saber si es conforme o no a lo que Dios espera de nosotras. Sin embargo, la Biblia contempla la posibilidad de que algunas de nuestras faltas resulten desconocidas para nosotras mismas.
El Salmista ruega a Dios: «Líbrame, Señor, de los errores que me son ocultos». La palabra «error» que leemos en el pasaje, es shaga en el original hebreo, que significa «errar inadvertidamente». Es decir, que puede darse el caso de que nuestro modo de pensar y de actuar sea un error, una falta, un pecado, del que ni siquiera somos conscientes. De esos errores, haríamos bien pedirle a Dios que nos libre o que nos ayude a detectarlos mediante su Espíritu Santo.
Está claro que tenemos que aprender a orar. Y en eso, la Biblia es también la gran maestra. Nos presenta oraciones modelo y conceptos que podemos integrar a nuestra rutina diaria de oración. Por ejemplo, incluir pedir perdón por aquello que ni siquiera sabemos que estamos haciendo mal. Que nuestra oración en el día de hoy sea: «Señor, abre mis ojos para que pueda ver esos errores de los que ni siquiera me doy cuenta”. Amén.
DEVOCIÓN MATUTINA PARA DAMAS 2020
- Salmos 145 | Reavivados por su Palabra | Pr. Teo Alor
- 28 de septiembre | Esperanza para el futuro | Una mejor manera de vivir | Pr. Robert Costa
- Salmo 145 | Reavivados Por Su Palabra | #RPSP
- 28 de septiembre | Devocional: En los lugares celestiales | Poder para vencer
- 28 de septiembre | Devocional: Nuestra Elevada Vocación | ¿Paja o trigo?
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