7 de septiembre | Resumen: Reavivados por su Palabra | Romanos 15 | Pr. Adolfo Suárez

Así que, los que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los débiles, y no agradarnos a nosotros mismos.

Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno, para edificación.

Porque ni aun Cristo se agradó a sí mismo; antes bien, como está escrito: Los vituperios de los que te vituperaban, cayeron sobre mí.

Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza.



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