5 de septiembre | Exaltad a Jesús | Elena G. de White | Los frutos de la abnegación

Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios. 1 Corintios 10:31.

Ustedes no se dan cuenta de las demandas que el Señor hace sobre ustedes. Todavía no han experimentado los dulces resultados de la abnegación. Los frutos son sagrados… En vez de gastar el dinero en frivolidades, ahorren lo que tengan en el banco del cielo, para que cuando el Maestro vuelva puedan recibir su dinero con intereses…
La religión pura y sin mácula, con sus sólidos principios, demostrará ser un ancla para ustedes. A fin de responder a los grandes propósitos de la vida, deben evitar el ejemplo de los que buscan su propio placer y deleite, y que no tienen temor de Dios. Dios ha hecho amplias provisiones para ustedes. El ha dispuesto que si cumplen con las condiciones trazadas en su Palabra, y se separan del mundo, recibirán fuerza de él para reprimir toda influencia degradante y desarrollar lo noble, bueno y elevador. Cristo será en ustedes “una fuente de agua que salte para vida eterna”. Juan 4:14. La voluntad, el intelecto y toda emoción, cuando los controla la religión, tienen un poder transformador.
“Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios”. En la consagración de todo el ser, tanto físico como mental, al control del Espíritu de Dios, este principio es el fundamento de cada acción, pensamiento, y motivo. Se deben crucificar las pasiones y la voluntad no santificada. Esta puede ser considerada una tarea estricta y rigurosa. Sin embargo la debe realizar, o escuchará la terrible sentencia de labios de Jesús: “Apártate”. Usted puede hacer todas las cosas mediante Cristo que lo fortalece. Está en una edad cuando la voluntad, los apetitos y las pasiones exigen que se los complazca. Dios los ha incluido en su naturaleza con propósitos elevados y santos. No necesitan transformarse en una maldición para usted al ser rebajados. Esto sucederá únicamente si rehúsa someterse al control de la razón y la conciencia. Restricción y abnegación son palabras y obras con las cuales usted no está familiarizado por experiencia. Las tentaciones lo han arrastrado. Las mentes no santificadas pierden de recibir la energía y el bienestar que Dios ha provisto para ellas. Se muestran inquietas y las acosa un fuerte deseo de experimentar algo nuevo, algo que las gratifique, alague y excite; y a esto lo denominan placer. Satanás usa encantos atractivos para apartar el interés y estimular la imaginación de los jóvenes en particular, para poderlos atrapar en sus redes… Necesita exclamar fervorosamente: “Oh Dios, convierte lo más íntimo de mi alma”. Así podrá ejercer una influencia benéfica sobre otros jóvenes… Que el Dios de paz lo santifique totalmente: alma, cuerpo y espíritu.—Testimonies for the Church 3:83-84.

DEVOCIONAL EXALTAD A JESÚS
Elena G. de White

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