4 de septiembre | Una religión radiante | Elena G. de White | Gritando de alegría
«Los justos, en sus casas, repiten este grito de alegría: “¡Dios con su poder ha alcanzado la victoria! ¡Alabemos su poder!»». Salmo 118: 15-16, TLA
SOMOS NOSOTROS LOS QUE NOS ABRIMOS las compuertas de la desgracia o las del gozo. Si permitimos que las dificultades y trivialidades terrenales dominen nuestros pensamientos, nuestro corazón se llenará de incredulidad, oscuridad y malos presentimientos. Si fijamos nuestros afectos en las cosas de lo alto, la voz de Jesús hablará a nuestro corazón, las murmuraciones cesarán, y los pensamientos negativos se transformarán en alabanzas a nuestro Redentor. Los que se espacian en las grandes misericordias de Dios, y que no se olvidan de sus más pequeñas bendiciones, se ceñirán de alegría, y habrá en su corazón melodías para el Señor — Consejos para los maestros, § 30, p. 222.
Cuando entonemos en el hogar dulces y puras melodías, habrá menos palabras de censura y más de alegría, esperanza y gozo.— La educación, cap. 17, p. 152.
De algún modo el padre es el sacerdote de la familia, en cuyo altar ofrece sacrificio matutino y vespertino. Pero la esposa y los hijos deben unirse con él en la oración y en el canto de alabanza. Por la mañana, antes de irse a sus quehaceres cotidianos, reúna el padre a sus hijos en tomo suyo y, postrados ante Dios, encomiéndelos al cuidado del Padre celestial. Cuando hayan pasado los afanes del día, vuélvase a reunir la familia en oración de acción de gracias y en canto de alabanza, para reconocer el cuidado divino del cual fue objeto durante el día.— El ministerio de curación, cap. 33, p. 274.
(Apréndete de memoria todas las enseñanzas que hoy te he dado, y repítelas a tus hijos a todas horas y en todo lugar: cuando estés en tu casa o en el camino,y cuando te levantes o cuando te acuestes». Deuteronomio 6: 6-7, TLA
DEVOCIONAL ADVENTISTA
UNA RELIGIÓN RADIANTE
Reflexiones diarias para una vida cristiana feliz
Elena G. de White
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