4 de julio 2020 | Devoción Matutina para Damas 2020 | Aunque un ejército acampe contra ti
UN DÍA A LA VEZ
Lecturas Devocionales para Mujeres 2020
«Aunque un ejército acampe contra mí, no temerá mi corazón; aunque contra mí se levante guerra, yo estaré confiado» (Sal. 27:3, RVR).
Era brasileña y estaba viuda. Esa mujer, de condición muy humilde, tenía por costumbre alquilar su casita a extraños, para poder vivir del dinero que obtenía a cambio. En una ocasión, ese extraño al que le alquilaba la casa resultó ser un policía que, lejos de velar por los derechos de ella, los pisoteó. Tanto, que hacía tiempo había dejado de pagarle el alquiler. La viuda se sentía desesperada porque no podía contar con esos ingresos que tanto necesitaba y, además, porque aquel hombre se burlaba de ella, diciendo: —Ni un ejército podrá venir a sacarme de aquí.
Por más que ella trataba de convencerlo de que le diera lo que le correspondía, él volvía a burlarse de ella, sin repararen un hecho muy peculiar: ella era una cristiana que vivía con una dependencia total del Señor.
La mujer, angustiada por la situación, rogaba a Dios que le diera una salida, y continuaba alabándolo, confiada en que él respondería. ¡Y vaya si respondió! El Señor le envió la solución más inesperada: repentinamente, de un día para otro, un ejército invadió la casa. Sí, precisamente un ejército, el argumento que él usaba para asegurarle que nunca se iba a ir de allí. Solo que el ejército era totalmente insospechado: hormigas. Un ejército de las más pequeñas criaturas del Señor fue lo que resolvió el problema de una hija suya. Maravilloso sentido del humor divino.
Pronto, aquellas hormiguitas negras minúsculas comenzaron a desfilar por los zapatos, la cama y otros objetos personales de aquel hombre, destruyéndolo todo a su paso. Cansado de intentar exterminarlas sin lograrlo, decidió marcharse de la casa. Fue sacado de allí por el ejército más minúsculo de Dios.
La viuda, al igual que el Salmista, se refugió en los brazos del que ha creado los planetas, el cosmos infinito y las más diminutas criaturas. «Señor todopoderoso, ¡felices los que en ti confían!» (Sal. 84:12).
Hija de Dios, si se levantara hoy guerra contra ti, ¿podrías estar confiada? Si te llegan a dar una mala noticia en este día, ¿tendrás la entereza de seguir alabando a Dios? Si te rodearan las dificultades, ¿te sentirías satisfecha con la protección del Señor? ¿Te aferrarías de sus promesas y seguirías alabándolo? Aunque un ejército acampe contra ti, ¿estarás tú confiada?
DEVOCIÓN MATUTINA PARA DAMAS 2020
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