31 de diciembre | La maravillosa gracia de Dios | Elena G. de White | La justicia de Dios vindicada

Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, y toda lengua confesará a Dios. Romanos 14:11.

¿Por qué se permitió que la gran controversia continuase a través de los siglos? ¿Por qué no se suprimió la existencia de Satanás al comienzo mismo de su rebelión? Para que el universo se convenciese de la justicia de Dios en su trato con el mal; para que el pecado recibiese condenación eterna. En el plan de salvación hay alturas y profundidades que la eternidad misma nunca puede agotar, maravillas que los ángeles desearían penetrar con la mirada. De todos los seres creados, sólo los redimidos han conocido por experiencia el conflicto real con el pecado; han trabajado con Cristo y, cosa que ni los ángeles podrían hacer, han participado de sus sufrimientos; ¿no tendrán acaso algún testimonio acerca de la ciencia de la redención, algo que sea de valor para los seres no caídos?…

“Y en su templo todos los suyos le dicen gloria” (Salmos 29:9), y el canto que cantarán los redimidos, el canto de su experiencia, declarará la gloria de Dios: “¡Grandes y maravillosas son tus obras, oh Señor Dios, el Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, oh Rey de los siglos! ¿Quién no temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre? porque tú solo eres santo”. Apocalipsis 15:3, 4.—La Educación, 297, 298.

Como fuera de sí, los impíos han contemplado la coronación del Hijo de Dios. Ven en las manos de él las tablas de la ley divina, los estatutos que ellos despreciaron y transgredieron… Toda cuestión de verdad y error en la controversia que tanto ha durado, ha quedado aclarada. Los resultados de la rebelión y del apartamiento de los estatutos divinos han sido puestos a la vista de todos los seres inteligentes creados. El desarrollo del gobierno de Satanás en contraste con el de Dios, ha sido presentado a todo el universo. Satanás ha sido condenado por sus propias obras. La sabiduría de Dios, su justicia y su bondad quedan por completo reivindicadas. Queda también comprobado que todos sus actos en el gran conflicto fueron ejecutados de acuerdo con el bien eterno de su pueblo y el bien de todos los mundos que creó.—El Conflicto de los Siglos, 727, 729.

LA MARAVILLOSA GRACIA DE DIOS

Elena G. de White

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