30 de septiembre | Devocional: En los lugares celestiales | La recompensa del vencedor
El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo. Apocalipsis 21:7.
No comprendemos cuán cerca está el fin de todas las cosas. No apreciamos como deberíamos la necesidad de ser diariamente vencedores y de asegurar el premio eterno. Los que vencen las tentaciones que están en el mundo debido a la concupiscencia son participantes de la naturaleza divina…
Eso requiere oración, requiere fe, requiere entendimiento, llegar a ser participantes de la naturaleza divina. Pero cuando alcanzamos esta experiencia, no estamos beneficiándonos únicamente nosotros, estamos dando a todos los que nos rodean una evidencia de que todos pueden ser participantes de la naturaleza divina, de que todos pueden ser vencedores.
Determinémonos a ser victoriosos. Busquemos una medida grande de gracia divina… No seamos dominados por los elementos del mundo, sino mostremos que estamos resueltos a llegar a ser vencedores día tras día y hora tras hora. Los ángeles de Dios están velando sobre nosotros cada día… Representemos a Cristo y a la verdad dondequiera vayamos para que podamos permanecer en esa posición donde podemos glorificar a Dios. Mis hermanos y hermanas, Jesús anhela interceder por vosotros. Aferraos a Jesús. Esforzaos por ser vencedores para que el Salvador pueda daros la bienvenida a la ciudad de Dios …
¡Oh, qué escena de alegría será cuando el Cordero de Dios coloque sobre la cabeza de los redimidos la corona de victoria! Nunca, nunca más seréis llevados a la tentación y el pecado. Veréis al Rey en su hermosura. Y encontraréis allí a aquellos a quienes ayudasteis a ir hacia el cielo. Ellos pondrán sus brazos alrededor de vosotros y reconocerán lo que habéis hecho por ellos. “Tú velaste por mí”, dirán, “oraste por mí, me ayudaste a ganar el cielo”.—Manuscrito 49, 1909.
DEVOCIONAL: EN LOS LUGARES CELESTIALES
Elena G. de White
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