30 de diciembre 2020 | Devoción Matutina para Jóvenes | Ovidio Elbert Davis
Por lo tanto, rey Agripa, obedecí esa visión del cielo. Hechos 26:19.
Un grupo de nativos desnudos estaba sentado alrededor de la choza del jefe mientras este les relataba el sueño que había tenido en una explanada en medio de la selva.
-Un hombre de ropaje brillante vino a mí -comenzó su relato el jefe-. Me contó que Dios hizo el mundo en siete días y descansó el día séptimo. Cuando lo hizo, todo era perfecto, pero la gente que puso aquí era mala. Puesto que no quisieron escuchar la voz de Dios, todos tuvieron que morir, y sus hijos murieron. Así también los miembros de esta tribu tendrán que morir.
-¡Oh, no! ¡Qué tristeza! -comentaban todos los oyentes.
-Pero, escúchenme bien -continuó el jefe-. Eso no es todo. Este Dios que hizo el mundo, viene otra vez por todos sus hijos. Los llevará a un país hermoso donde nadie se enferma ni muere.
-¡Qué bueno! ¡Qué bueno! -decían los nativos mientras asentían con la cabeza.
-Pero eso no es todo -continuó el jefe-. Quiere que nos preparemos para su Segunda Venida. Debemos dejar de comer cerdo y beber cerveza. Debemos dejar de matar. Debemos tener solo una esposa. Debemos mantener nuestra casa limpia.
-¡Oh, eso es muy difícil de hacer! -murmuraba la gente.
-El hombre de la ropa brillante me dijo que enviará a alguien que nos enseñará cómo vivir. Será un hombre blanco que viene de un país muy lejano. Tendrá un libro negro. Debemos hacer lo que dice el libro negro.
-¡Qué bien! ¡Qué bien! Haremos lo que diga el libro negro -prometía la gente.
Pero aunque esperaron muchos años, nadie llegó. El anciano jefe murió. Pero todavía seguían esperando al hombre blanco de un país muy lejano que traería un libro negro.
Un día, en 1910, se escuchó un pregón en las aldeas Akawaias:
-¡Ha llegado! ¡Ha llegado el hombre blanco de un país lejano con un libro negro!
El hombre se llamaba Ovidio Elbert Davis, presidente de la Misión de Guyana. El verano siguiente regresó, y estableció una misión permanente para el pueblo Akawaia. Durante su estancia allí murió de paludismo, y los nativos lo sepultaron al pie del Monte Roraima.
DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2020
- 30 de abril | Somos iguales | Toda Palabra | Pr. Robert Costa
- Génesis 14 | Reavivados Por Su Palabra | #RPSP
- 30 de abril 2025 | Devoción Matutina para Adultos 2025 | ¿Dios nos pide ser perfectos?
- 30 de abril 2025 | Devoción Matutina para Jóvenes 2025 | ¿Cuánto vales tú?
- 30 de abril 2025 | Devoción Matutina para Damas 2025 | Es muy fácil saber cuál es el tesoro
(1656)