3 de octubre | Devocional: En los lugares celestiales | Objeto del ternísismo cuidado de Dios
En quien todo el edificio, bien coordinado va creciendo para ser un templo santo en el Señor; en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu. Efesios 2:21,22.
La iglesia viviente de Dios es en particular una morada de Dios mediante el Espíritu, para que el hombre pueda llegar a ser un bien acabado templo para residencia del Santo Espíritu de Dios, para que el Señor Jesucristo pueda morar en su ser íntimo, ennobleciendo y santificando su naturaleza humana por sus divinos atributos, haciendo al hombre un templo del Dios viviente.—Manuscrito 193, 1898.
La iglesia de Cristo debe estar en el mundo, pero no ser del mundo… Cada miembro convertido revela una transformación del carácter, y es fortalecido y sustentado por el valor y la fe del conjunto. El santo más débil, si cree en Cristo, es un miembro del cuerpo de Cristo. Y si vive en humilde dependencia de Dios, llegará a ser fuerte, porque tiene derecho a todos los privilegios de un hijo de Dios.—Manuscrito 157, 1899.
La iglesia es el objeto del más tierno amor y cuidado de Dios. Si los miembros se lo permiten, revelará su carácter por medio de ellos. Él les dice: “Vosotros sois la luz del mundo”. Los que caminan y conversan con Dios practican la mansedumbre de Cristo… El Santo Espíritu, lleno de gracia y poder, obra en la mente y el corazón.—Manuscrito 63, 1901.
Cristo ha hecho provisión para que su iglesia, sea un cuerpo transformado, iluminado con la luz del cielo, que posea la gloria de Emanuel. Es su propósito que cada cristiano esté rodeado con una atmósfera espiritual de luz y paz.
No hay limitación para la utilidad de quien, poniendo a un lado el yo, dé lugar para que trabaje el Santo Espíritu en el corazón y viva una vida enteramente consagrada a Dios.—The Review and Herald, 30 de [286] abril de 1908.
DEVOCIONAL: EN LOS LUGARES CELESTIALES
Elena G. de White
(1748)