3 de octubre 2020 | Devoción Matutina para Damas 2020 | Dios no lo olvida
UN DÍA A LA VEZ
Lecturas Devocionales para Mujeres 2020
«Por lo tanto, mis queridos hermanos, sigan firmes y constantes, trabajando siempre más y más en la obra del Señor; porque ustedes saben que no es en vano el trabajo que hacen en unión con el Señor» (1 Cor. 15:58).
Rosalind Franklin (1920-1958) dedicó su vida a la Química, mundo al que ella aportó grandes contribuciones. La más destacada de todas tuvo que ver con el ADN. Rosalind fue La responsable del descubrimiento de la forma de doble hélice que tiene la estructura molecular del ADN, forma que capturó a través de imágenes por difracción de rayos X. Sin embargo, el mérito por el descubrimiento se lo llevaron tres hombres: James Dewey Watson, Francis Crick y Maurice Wilkins. En 1962, cuando Watson, Crick y Wilkins fueron galardonados con el Premio Nobel de Medicina, Watson afirmó que Rosalind debió haber sido galardonada también con el Premio Nobel de Química, cosa que no sucedió. Lamentablemente, Rosalind murió joven, antes de poder disfrutar del reconocimiento internacional que, hoy por hoy, nadie le disputa, pues su trabajo ha sido un gran aporte para la medicina.
Te hago una pregunta: ¿Cómo te sientes cuando, tras un esfuerzo importante de tu parte; tras un aporte que consideras significativo; tras haber sido la clave en el éxito de un evento; o simplemente tras un día de trabajo duro en casa o en la oficina, no recibes ningún tipo de reconocimiento ni agradecimiento?
Yo sé que eso duele; yo sé que eso frustra; pero quiero hacer una puntualización aquí: aunque ningún ser humano se acerque a darte las gracias, eso no quiere decir que tu aporte haya pasado desapercibido. Dios ve; Dios aprecia; Dios valora; Dios no olvida. Y a través de toda la experiencia (por más negativa que pueda parecerte) te está llevando de la mano para que crezcas, para que dejes de poner tu expectativa en el ser humano.
Sé que es difícil a veces mantenerse firme en una decisión y seguir siendo constantes en un esfuerzo porque nos parece que no sirve de nada. Es tentador pensar así, pero también nos descorazona. Dios no quiere que nos desanimemos sino todo lo contrario: quiere recordarnos que nada de lo que hacemos para él es en vano.
Aún no ha llegado el momento, pero algún día Dios te dirá: «Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor» (Mat. 25:21, RVR).
DEVOCIÓN MATUTINA PARA DAMAS 2020
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