3 de enero | Devocional: Hijos e Hijas de Dios | Seremos semejantes a él
«Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser.
Pero sabemos que, cuando él se manifieste, seremos semejantes a él porque lo veremos tal como él es». 1 Juan 3: 2, RVC
NO HEMOS DE CONFORMARNOS con la idea de que en nosotros se producirá milagrosamente un cambio de carácter cuando Cristo regrese en las nubes de los cielos con poder y grande gloria. No, mis jóvenes amigos; estamos sujetos al juicio, y se nos concede un tiempo de prueba aquí en la tierra a fin de que formemos caracteres para la vida futura e inmortal.— The Youth’s Instructor, 24 de agosto de 1893.
Nadie crea que el egoísmo, el amor propio y la complacencia propia son compatibles con el espíritu de Cristo. Sobre todo hombre o mujer verdaderamente convertido descansa una responsabilidad que no hemos valorado suficientemente. Las ideas y las costumbres del mundo no han de ser adoptadas por los hijos e hijas del Rey celestial.— Testimonios para la iglesia, t. 5, p. 387.
Al separamos del mundo, encontraremos dificultades por todos lados. Pero en la Palabra de Dios hay consuelo para nosotros: «Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser. Pero sabemos que, cuando él se manifieste, seremos semejantes a él porque lo veremos tal como él es» (1 Juan 3: 2, RVC).— Manuscrito 28, 1886.
Debemos manifestar, por medio de nuestras palabras y acciones, que comprendemos la gran responsabilidad que descansa sobre nosotros. Nuestra luz ha de resplandecer tan claramente que los demás puedan notar que glorificamos al Padre en nuestro diario vivir; que estamos unidos con el cielo y que somos «coherederos con Cristo» (Rom. 8: 17).— Testimonios para la iglesia, t. 4, p. 20.
DEVOCIONAL HIJOS E HIJAS DE DIOS
Elena G. de White
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