3 de diciembre 2024 | Devoción Matutina para Damas 2024 | Mucho más que llenar el estómago
«Haz de comer juntos algo prioritario». Karen Holford
Hablábamos ayer de los beneficios que dejamos de recibir cuando no desarrollamos el hábito de comer juntos en familia. Pero debo aclarar hoy que el beneficio no está en el hecho de sentarnos todos a la mesa, sino en hacerlo de la manera correcta.
Ni las mesas, ni las sillas, ni estar todos en el mismo espacio son elementos mágicos que produzcan beneficios por sí mismos. La clave del éxito de este hábito está en hacerlo de manera que enseñe a nuestros hijos lo que necesitan aprender para la vida.
• Asegúrate de que los alimentos sean sanos (frutas, verduras y hortalizas), sencillos (poco procesados) y en cantidades apropiadas. Puedes ser creativa, diseñando los platos con caritas alegres.
• Apaga el televisor, deja lejos los teléfonos celulares y los videojuegos. Puedes poner música de fondo que sea suave e instrumental.
• Den gracias al Creador antes de empezar a comer, tal como lo hacía Jesús (Mar.14: 22-23).
• Propongan conversaciones sanas (cero críticas, cero negativismo, cero chisme) y aptas para las mentes infantiles. Reírse, conectar y cuidar el tono de la voz nunca puede faltar.
• Háblenles de mamá y papá, de cosas que hacían cuando tenían la edad de ellos. Esto les permitirá conectar con ustedes y conocer su historia familiar, y los motivará a permanecer sentados a la mesa.
• Ten buenos modales, para que tus hijos puedan imitarlos. No se enseña con sermones, se enseña con el ejemplo. Pedir las cosas por favor, dar las gracias, no servirnos bebida sin antes preguntar quién quiere son detalles fundamentales.
• No apures a los niños; este es un momento en que puedan llevar su propio ritmo y disfrutar del ritual de estar juntos a la mesa sin presiones.
• De vez en cuando, para hacerlo más divertido, pueden comer en lugares inesperados: bajo la mesa, de acampada en el patio o de picnic en el salón.
• Háblales de Jesús mientras comen.
Algún día, tus hijos añorarán esa sazón familiar y reconocerán que les ayudó a ser los adultos sanos, felices y cristianos que han llegado a ser. Y mirarán hacia este ritual como algo que transmitir a las próximas generaciones.
«Alejen de ustedes la amargura, las pasiones, los enojos, los gritos, los insultos y toda clase de maldad» (Efe. 4:31).
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DEVOCIÓN MATUTINA PARA DAMAS 2024
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