29 de noviembre | Ser Semejante a Jesús | Elena G. de White | Cuando tenemos sed de justicia, Jesús se acerca

Alma mía, en Dios solamente reposa, porque de él es mi esperanza. Él solamente es mi roca y mi salvación. Es mi refugio, no resbalaré. Salmos 62:5, 6.

El Señor tiene verdades trascendentales para revelar a los que quieran entender las cosas del Espíritu. Sus lecciones son para todos, y están adaptadas a las necesidades de todos. Aunque sus lecciones están revestidas de un lenguaje tan sencillo que un niño podría entenderlas, la verdad es tan profunda que el más sabio puede muy bien quedar hechizado, y adorar al Autor de la sabiduría sin igual.
Aunque los más sabios pueden encontrar alimento abundante para el intelecto en sus declaraciones más sencillas, los más humildes pueden comprender su verdad, y apropiar sus promesas a la necesidad del alma.
Jesús enseñaba a hombres y a mujeres con el propósito de despertar el deseo de entender las cosas de Dios, para que pudieran contemplar la excelencia del carácter divino, y suplicar la justicia de Cristo, en la cual podrían ser aceptados delante de Jehová el Señor.
¿Tienen el sentimiento de una necesidad en su alma? ¿Tienen hambre y sed de justicia? Entonces esto es una evidencia de que Cristo está actuando en su corazón y ha creado ese sentimiento de necesidad con el fin de que pueda ser buscado para hacer por ustedes, mediante la dádiva de su Espíritu Santo, las cosas que son imposibles que hagan por sí mismos…
Se ha dejado constancia de las parábolas de Cristo, y para el investigador honesto y diligente de la verdad, su significado se hará claro, se revelará su misterio. Los que no buscan la verdad como un tesoro escondido, manifiestan el hecho de que no desean sinceramente conocer qué es verdad. Cristo aún les dice a sus verdaderos seguidores: “A vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos… Porque a cualquiera que tiene, se le dará, y tendrá más”. Mateo 13:11, 12.
Los que respondan a la atracción de Cristo se encontrarán indagando qué cosa es verdad, para que sus pies puedan ser dirigidos en la senda de justicia. Cristo está atrayendo a todos, pero no todos responden a su atracción. Quienes rinden su voluntad a la voluntad de Dios, quienes están dispuestos a seguir donde el Espíritu de Dios los dirija, quienes reciben la luz y caminan en ella, buscarán aún más iluminación celestial y “tendrán más en abundancia”.—The Signs of the Times, 7 de noviembre de 1892.

DEVOCIONAL: SER SEMEJANTE A JESÚS
Elena G. de White

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