29 de noviembre | Mi vida Hoy | Elena G. de White | Sus palabras no fallan

Bendito sea Jehová, que ha dado reposo a su pueblo Israel, conforme a todo lo que él había dicho: ninguna palabra de todas sus promesas que expresó por Moisés su siervo, ha faltado. (1 Reyes 8:56)

Tuvimos oportunidad de contemplar la más hermosa puesta de sol que vi en mi vida. Las palabras no bastan para describir tanta belleza. Los últimos rayos del sol poniente, pinceladas de oro y plata, púrpura, ámbar y carmesí, lanzaban su fulgor hacia la altura, adquiriendo cada vez más resplandor y elevándose cada vez más, hasta dar la impresión de que los portales de la ciudad de Dios se habían abierto de par en par, para dejar escapar destellos de la gloria que encierran. Durante dos horas ese extraordinario reflejo mantuvo encendido el frío cielo nórdico: era un cuadro pintado por el Artista supremo sobre el cambiante lienzo de los cielos. Parecía que la sonrisa de Dios se extendía sobre todos los hogares terrenales, sobre las llanuras ceñidas de rocas, sobre las ásperas montañas y las solitarias selvas que atravesamos durante nuestro viaje. Parecía que los ángeles de misericordia susurraban: «Levanta la vista. Esta belleza es apenas una vislumbre de la luz que fluye del trono de Dios. No vivas sólo para este mundo. Levanta la vista y contempla por fe las mansiones del hogar celestial.» Esa escena fue para mi lo que el arco iris para Noé, pues me capacitó para aferrarme a la promesa del infaltable cuidado divino, y para anhelar el cielo de reposo que aguarda al obrero fiel. Desde entonces siempre he considerado que Dios nos brinda esta muestra de su amor para animarnos. Cuando mi memoria divaga, siempre recuerdo esa visión de hermosura y vuelvo a sentir el consuelo y la paz que me brindó. (Historical Sketches:220-221)
No hay mente que pueda comprender todas las riquezas y maravillas de una sola promesa divina. Este capta la grandeza de un punto de vista; o aquel comprende la hermosura y gracia de otro punto, y el alma se hinche de luz celestial. (TM:111)
En ellas él nos habla a cada uno en particular…Por medio de estas promesas Cristo nos comunica su gracia y su poder. (MC:113-114)

DEVOCIONAL MI VIDA HOY
Reflexiones para cada día
Elena G. de White

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Devocional, Mi vida Hoy

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