29 de junio 2022 | Devoción Matutina para Adolescentes 2022 | Una pintura de alto precio

«Y sabemos que Dios hace que todas las cosas cooperen para el bien de quienes lo aman y son llamados según el propósito que él tiene para ellos» (Romanos 8:28, NTV).

El 29 de junio de 1987, un famoso cuadro llamado «Le Pont de Trinquetaille» se vendió por más de 20 millones de dólares en una subasta de arte en Londres.
Vaya, 20 millones de dólares. ¿Quién era este artista para que su pintura de un puente se vendiera por ese dinero?
Su nombre era Vincent Van Gogh, nacido en 1853 en los Países Bajos. De joven, se convirtió en comerciante de arte y luego en profesor, pero ninguna de estas profesiones lo satisfizo. Luego le ofrecieron ser predicador de una congregación en una pequeña comunidad, pero eso tampoco le agradó. Le gustaba el prestigio que le proporcionaba el trabajo, pero le costaba mucho lograr el bienestar financiero. Dotado de un corazón tierno, regalaba la mayor parte de su sueldo a personas necesitadas. Un día recibió la visita de un hombre que ocupaba
un alto cargo en su iglesia, quien le preguntó por qué no se vestía con ropa más bonita. Cuando le confesó que donaba su dinero a los pobres, el hombre le dijo a Van Gogh que no estaba representando adecuadamente a la iglesia. Decepcionados de que no estuviera haciendo el trabajo para el que lo habían contratado, los líderes de la iglesia no tardaron en darle su carta de despido.
Esto fue un verdadero golpe, y Vincent se deprimió gravemente. Le parecía que era un fracaso en todo lo que intentaba hacer en la vida. En 1880, con solo veintisiete años, decidió convertirse en artista. Anduvo por Europa, enseñándose a sí mismo a dibujar y pintar, hasta que finalmente su hermano le organizó un encuentro con artistas profesionales en París. En poco tiempo, su obra empezó a ser muy prometedora y comenzó a realizar verdaderas obras maestras.
Hoy en día, la obra de Van Gogh es muy conocida y sus cuadros cuelgan en museos de todo el mundo. No es de extrañar que su obra genere fabulosas sumas de dinero donde se vende. Pero nunca lo habría hecho si hubiera seguido siendo un comerciante de arte, o un profesor, o un predicador.
Dios espera sobre todas las cosas que lo tengamos en cuenta al buscar nuestro camino en la vida. Si no tenemos éxito en algo, no debemos desanimarnos.
Como Van Gogh, tenemos que encontrar nuestro punto óptimo, nuestra pasión, lo que realmente disfrutamos en la vida. Puede que no sepamos qué es, y puede que nos lleve tiempo descubrirlo, pero Dios lo sabe desde antes de nuestro nacimiento, y podemos confiar plenamente en él para que nos lleve a ello, a su tiempo y a su manera.

DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADOLESCENTES 2022



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