29 de agosto 2020 | Devoción Matutina para Damas 2020 | Dediquemos un día a imaginar

 

UN DÍA A LA VEZ

Lecturas Devocionales para Mujeres 2020

 

«La gente construirá casas y vivirá en ellas, sembrará viñedos y comerá sus uvas» (Isa. 65:21).

 

Hoy te propongo llevar la imaginación a ese momento en que estaremos en la Tierra Nueva. ¿Cómo será? El profeta Isaías nos da una vislumbre, y esta mañana quiero detenerme en los dos aspectos que recoge el versículo 21 del capítulo 65: «La gente construirá casas y vivirá en ellas, sembrará viñedos y comerá sus uvas».

Construiremos casas. Esto, a oídos de los oyentes originales del pasaje, sonaba a gloria. Los israelitas lo habían perdido todo por causa de una invasión y posterior deportación. Pero cuando Dios los restableciera a su lugar, podrían empezar de nuevo y con una esperanza de futuro. En la Tierra Nueva sucederá algo parecido: podremos empezar de cero y con la esperanza que nos da saber que no habrá muerte, ni llanto, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas pasaron (ver Apoc. 21:4). En la Tierra Nueva disfrutaremos de todas las cosas que Dios habrá creado para nosotros. Esas casas, cuya construcción no tendrá nada que ver con nuestro poder adquisitivo, serán una fuente de deleite por los siglos sin fin. ¿Puedes hacer un esfuerzo por imaginarlo y disfrutarlo, por fe, desde ya? Eso le dará perspectiva a tu vida aquí y ahora.

Sembraremos viñedos. Está claro que no viviremos ociosas allá, pero el trabajo no será lo que es ahora. Disfrutaremos del resultado de nuestras propias obras con todo el tiempo del mundo por delante. Podremos sentarnos a planificar (sin prisas y sin ceñirnos a un presupuesto) el jardín y la mansión de nuestros sueños, y plantar árboles y huertos cuyos frutos llevaremos a la mesa. Es una estampa que derrocha salud, felicidad, disfrute y bendición. Por eso me gusta llevar mi mente a ese momento y a ese lugar, anticipando la vida futura que me espera si me mantengo fiel a Dios aquí en esta tierra.

No me digas que no es bueno imaginar, saborear anticipadamente las delicias que nos esperan. Desde mi juventud, soñé con una casita en la cima de una pequeña colina, hecha de bambú, con piso de cristal y miles de flores de colores y de árboles exóticos, con ramas colmadas de pajarillos y, a un lado, un riachuelo con cisnes… Pero sé que mi mejor sueño no se compara con aquella realidad. Ansío el día de poder disfrutarla para siempre.

DEVOCIÓN MATUTINA PARA DAMAS 2020

UN DÍA A LA VEZ

Patricia Muñoz Bertozzi

Lecturas Devocionales para Mujeres 2020



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