29 de abril 2023 | Devoción Matutina para Adultos 2023 | «No habrá siempre oscuridad»

«No habrá siempre oscuridad para la que está ahora en angustia» (Isaías 9:1).

La condición de una persona que ha sido deportada de los Estados Unidos de vuelta a su país suele ser bastante cruel. Del lado de los Estados Unidos no lo quieren, por eso lo deportaron; y cuando llega a su país, tampoco lo aceptan porque la etiqueta de «deportado» lo vincula con actos delictivos. Rafael Ávila entiende muy bien esta situación.
Rafael nació en México, luego emigró a los Estados Unidos y consiguió el estatus de residente permanente. Por desgracia, Rafael cayó en las drogas y sumergió su vida en un completo caos. En un artículo publicado en Christianity Today, él nos dice que su destino era inevitable: 1) sería deportado, 2) iría a la cárcel o 3) moriría de una sobredosis.
Movido por la desesperación, hizo algo que a muchas personas podría parecernos totalmente una locura: decidió abandonarlo todo en los Estados Unidos y se fue a vivir a Ciudad Juárez, México. Y lo que parecía una decisión díscola e ilógica se convirtió en el punto de inicio de una nueva vida para Rafael y su familia.
Gracias a unos misioneros de Carolina del Norte que trabajan en Ciudad Juárez predicando y ayudando a los deportados que hablan inglés, Rafael conoció el evangelio, y ahora se dedica a trabajar con deportados y gente que busca asilo en la frontera entre México y Estados Unidos. Hoy Rafael comprende que se trasladó de Estados Unidos a México para cumplir el propósito divino de ministrar y predicar el mensaje de salvación a los deportados. La Gran Comisión lleva esperanza a los que sufren bajo la deportación.
Dios prometió en su Palabra: «No habrá siempre oscuridad para la que está ahora en angustia» (Isaías 9:1). Aunque una persona esté atravesando el valle de la deportación, aunque sienta la soledad de vivir en un lugar que no es el que quisiera, aunque suponga que está desprestigiada y abandonada, Dios promete que su oscuridad no durará para siempre. ¿Porqué? Porque el Señor nos asegura que «el pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; a los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos» (Isaías 9: 2). Rafael Ávila es el medio que Cristo está usando para cumplir su promesa, para llevar la luz de salvación a las personas que viven la dura realidad de haber sido deportados del país donde se arraigaban sus esperanzas, a su lugar de origen. ¿Y qué me dices de ti? Hoy puede ser un buen día para poner fin a la oscuridad de alguien que esté cerca de ti, y cuya esperanza se encuentra en crisis.

DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADULTOS 2023



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