28 de septiembre 2022 | Devoción Matutina para Adolescentes 2022 | Epidemia mortal

«Y habrá pestes, hambres y terremotos en diferentes lugares. Pero todo esto es solo principio de dolores» (Mateo 24: 7, 8, RV95).

El 28 de septiembre de 1918 marcó el comienzo de una de las peores epidemias de enfermedades en la historia de los Estados Unidos, y un desfile en Filadelfia parece ser el lugar donde comenzó todo. Una cepa de influenza altamente contagiosa había golpeado al país, y estaba demostrando ser mortal. La influenza es un virus que ataca al aparato respiratorio, y luego muta muy rápidamente para no ser destruido por el cuerpo humano. Los ancianos y los jóvenes son los más propensos a morir por causa de este virus.
Esta cepa específica de influenza había estado ganando fuerza en los Estados Unidos durante varios años, pero no fue hasta 1918 cuando el resto del mundo descubrió lo letal que podía ser. Lo más probable es que el virus procediera de un pájaro o de un animal de granja. Puede haber viajado entre aves, cerdos, ovejas, alces o incluso ciervos. Sin embargo, tarde o temprano, mutó en una cepa que podía propagarse entre los seres humanos.
Ese otoño, la epidemia se descontroló. Filadelfia fue la ciudad más afectada.
La morgue de esa ciudad había sido construida para albergar 36 cadáveres, y ahora se enfrentaba a cientos de ingresos en pocos días. Las mejores estimaciones dicen que cinco de cada mil personas en los Estados Unidos murieron a causa de la influenza.
Al parecer, la influenza llegó a Europa cuando 200,000 soldados estadounidenses fueron al viejo continente para luchar en la Primera Guerra Mundial. No es de extrañar que las ciudades portuarias del mundo fueran las primeras en verse afectadas. En América Latina murió una de cada cien personas. En África, quince de cada mil; y en Asia, treinta y cinco de cada mil. Solo en la India murieron 20 millones de personas, y cuando todo terminó, las estimaciones oficiales informaron de que en todo el mundo habían muerto 30 millones. De hecho, más personas murieron por esta epidemia que en todas las batallas de la Primera Guerra Mundial juntas.
Nos gustaría pensar que podemos erradicar cualquier enfermedad, pero no es posible. De hecho, a medida que la tierra sigue deteriorándose, peores epidemias de enfermedades están por llegar. Ya sea la gripe porcina, el sida, el COVID-19 o una forma mutada de tuberculosis, la enfermedad forma parte del plan de Satanás para destruir la creación de Dios. Pero Dios triunfará al final y pondrá fin al pecado y a la muerte.

DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADOLESCENTES 2022



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